Guía de políticas públicas en el ámbito estatal en materia de agua potable y saneamiento
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El gobierno del estado debe impulsar políticas
para promover y alentar mayores economías de
escala, mediante operadores intermunicipales o
equivalentes.
7.1.3 El papel de los subsidios
para lograr la
asequibilidad del derecho
humano al agua
La componente de “asequibilidad” del derecho
humano al agua implica que los cargos econó-
micos, tanto directos como indirectos asociados
con el abastecimiento, el alcantarillado y el tra-
tamiento de aguas residuales, no comprometan
ni pongan en peligro el ejercicio de otros de-
rechos ciudadanos. Al respecto, la OMS se ha
pronunciado sobre la cuestión de asequibilidad,
proponiendo que el costo del agua y de los ser-
vicios e instalaciones de acceso no supere el 3%
de los ingresos del hogar. Para lograr esto, cada
estado podrá revisar sus zonas económicas junto
con el municipio para determinar las tarifas con
especial atención a las personas vulnerables.
Cuando se tienen aparatos medidores y estruc-
turas tarifarias en bloques crecientes, pueden
lograrse tarifas menores (que satisfagan el cri-
terio de asequibilidad de la OMS) para quienes
consumen el mínimo volumen mensual de agua.
Para asegurar el acceso de la población más
pobre a los servicios de agua potable y sanea-
miento básico, puede ser necesario otorgar un
subsidio. Dicho subsidio debe estar contemplado
en la política tarifaria y su establecimiento debe
ser bajo la asesoría del ente regulador estatal,
que defina en forma trasparente quiénes son los
usuarios acreedores del subsidio, el monto del
mismo, y quien y de qué forma cubrirá el monto
del subsidio al organismo operador.
Adicionalmente, el gobierno estatal puede im-
plementar mecanismos de subsidios focalizados
para individuos muy bien identificados de la
sociedad, que por sus condiciones económicas
o características específicas realmente tengan
dificultades en efectuar sus pagos al operador.
7.1.4 El diseño tarifario y su
relación con el padrón
de usuarios y la escasez
de agua local
El diseño de la estructura tarifaria debe basarse
en un completo y actualizado padrón de usuarios
y en el conocimiento de las eficiencias comer-
ciales y las posibilidades de mejorarlas, pues
sólo así se podrán hacer proyecciones realistas
de los ingresos factibles de ser recaudados y de
las posibilidades de cumplir con el programa de
erogaciones y compromisos del operador.
En localidades con una alta proporción de usua-
rios dentro de rangos de consumo muy bajos; es
decir, muy homogéneas en cuanto a estratos so-
cioeconómicos o niveles de consumo, es difícil
lograr un esquema de “subsidios cruzados” que
beneficie a las personas con más bajos ingresos,
para lo cual el estado y los municipios deberán
establecer otro tipo de estrategias como puede
ser los subsidios directos al organismo operador.
Los sistemas tarifarios no solo deben permitir
obtener los recursos suficientes para hacer frente
a los costos en los que incurre la prestación de
servicios, si no también procurar un uso más
racional del agua. Debe permitir incentivar
un uso más eficiente del agua, al relacionar las
tarifas con las cantidades de consumo de agua
reales y/o con la contaminación generada de
ésta (para el caso de los industriales), el uso