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S e r r e s p o n s a b l e s p o r n u e s t r o s d e s h e c h o s
E l r e t o d e c u i d a r u n e n t o r n o d e l i c a d o c omo e l p á r amo a n d i n o
pecies y apoyarle en su crecimiento. No po-
demos relacionarnos con el bosque desde el
desconocimiento o la ignorancia; entonces
nos volvimos hacia el bosque, era momento
de abrir senderos para que las personas pue-
dan conocerlo y al mismo tiempo, ayudar a
los árboles a crecer sin tanta dificultad; des-
pués del incendio, algunas especies de hele-
chos de cerro (llashipas -
Pteridium aquilina
)
y otros arbustos retoñaron bastante rápido
y muchos de los árboles tuvieron que buscar
la luz en medio de ellos; entonces, cortamos
los arbustos para que los árboles vayan más
rápido, luego cuando los árboles estén altos,
podrán cobijarse en su sombra. Conocimos
cada arbusto, cada árbol, no se podía hacer
el trabajo sin saber quiénes eran, su funci-
ón en el bosque, su característica. Desde el
2008 hemos abierto unos 5.000 metros de
senderos, para darle luz al bosque, motivar
la cercanía de las personas con sus escondi-
tes (pajonales, humedales, sectores de bos-
que primario, hongos, líquenes, orquídeas,
bromelias, musgo), y para que los jóvenes
retoños de los árboles crezcan más rápido y
se garantice el agua y la humedad necesaria
para esta montaña en el páramo andino. El
páramo garantiza agua limpia para muchas
comunidades de los sectores de las faldas
de Los Andes, “lagunas, turberas, pantanos
y quebradas en los páramos; son humeda-
les andinos vitales para la subsistencia de
la región, los cuales, en un buen estado de
conservación, son muy valorados por la cali-
dad de sus aguas, sin olvidar por supuesto el
rol del suelo del páramo como regulador de
toda esta riqueza hídrica” (Proyecto Páramo
Andino, 2011). A eso nos dedicamos, a eso in-
vitamos.
Laobservaciónconstanteha sidoel elemento
central de la propuesta de relación con la
naturaleza. En el CEN preferimos no hablar
de la utilización o de la gestión de recursos;
nos gusta más hablar como parte de la red
de la vida y esto implica relacionarnos desde
una nueva perspectiva con todo lo que forma
parte de ella; es decir con todo.
Entonces, los árboles, el agua, los pajonales,
los humedales, el suelo esponjoso del
páramo, dejan de ser elementos casi inertes
para ser interlocutores en su cuidado; lo que
supone un profundo conocimiento y respeto
por su existencia, y claro, por la nuestra.
Este es el eje que sustenta el trabajo para la
construcción de una vida libre de violencia.
Encuantoalasaves, enunaprimerabúsqueda
intencionada que duró unos tres meses, se
encontraron algo así como 25 especies; el
regreso de los mamíferos sería posterior.
Mientras los árboles crecen, regresan los
conejos, los zorrillos, los venados, en este
último año, hemos visto un tigrillo que está
encontrando un hogar en esta montaña.
Hemos celebrado con fuerza.