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E l e m p o d e r am i e n t o d e l a s mu j e r e s r u r a l e s y l a s t e c n o l o g í a s d e
c o n v i v e n c i a c o n e l S e m i á r i d o e n S a n t a C r r u z D a B a i x a V e r d e ,
S e r t ã o d e P e r n amu c o – G r a s i l
integró desde temprano (…) De la plantación
colonial, subordinada a las necesidades
extranjeras y financiada, en muchos casos,
desde el extranjero, proviene en línea recta
el latifundio de nuestros días (...) La cultura
de la pobreza, la economía de subsistencia
y el letargo son los precios que cobra, con el
transcurso de los años, el impulso productivo
original. El nordeste era la zona más rica de
Brasil y hoy es la más pobre.
Es a partir de esta lectura que buscaremos
construir este artículo y traer algunos
elementos que nos ayuden a comprender
no solo los procesos de opresión, mas
sobre todo, cómo las luchs en América
Latina y en el semiárido brasileño, se
entrecruzan, se fortalecen y reafirman ser
este también un continente de resistencias,
de enfrentamiento al poder (neo) colonial
y a las élites locales así como al gran capital
internacional.
Cómo nuestra origen común de opresión y
explotación, nos posibilita construir redes
de solidaridad entre los pueblos y traer
para la agenda política cuestiones que se
contraponen directamente a los intereses
del capital, entre ellas, los derechos de la
madre naturaleza, la defensa de nuestros
bosques y nuestros biomas, de los pueblos
tradicionales, de la lucha por la reforma
agraria, por el acceso a agua, por el acceso a
educación, por el
buen vivir.
Aquí traemos algo central, a saber, el
cuestionamiento de las estructuras de
poder que modelan la sociedad patriarcal,
y nos interesa conocer y describir cómo las
mujeres, niños y niñas y ancianos/as, se han
colocado en este proceso de enfrentamiento
al capital, pero también al machismo, a las
relaciones de violencia e opresión a que
son sometidas, desde el campo político,
en los espacios de participación y toma de
decisiones, hasta el espacio doméstico, en
las comunidades, en las casas, en la cama.
Buscamos
también
comprender
los
procesos de resistencia como procesos
de resignificacción de la lucha y el lugar de
la opresión. Cómo un proceso educativo,
donde el oprimido, cuestiona en sí la
opresión y la niega, proponiendo nuevas
formas de relacionamientos entre sí y con
la naturaleza. Aquí cabe destacar cómo y
dónde los procesos locales se interconectan
con las luchas internacionales y cómo las
diversas experiencias son percibidas.
Es en este campo que situamos las
tecnologías sociales para convivencia con el
semiárido
2
, como el Programa Un millón de
Cisternas - P1MC y el Programa Una Tierra
2 Para Dagnino (2003) las tecnologías sociales se contraponen a las tecnologías convencionales que
están al servicio del capital, reducen mano de obra, son ambientalmente insustentables, intensivas
en productos sintesticos y producidas por grandes empresas, su ritmo de producción está dado por
las máquinas, su indicador de produtividad es estimado en tesrminos monetarios, segmentados, y
no permiten control del productor directo, son alienantes, o sea, no permiten el desarrollo de las
potencialidades del trabajador/a, jerarquizadas, pues demandan la figura del propietario, del jefe,
y son monopolizadas por las grandes empresas de los países ricos. Por su parte, las tecnologías
sociales son orientadas para el mercado interno, son de pequeño tamaño físico e financiero, no
discriminatorias (patrón versus empleados), liberadoras del potencial y de la creatividad del produtor
directo, capaces de viabilizar económicamente los emprendimientos autogestionarios y las pequeñas
empresas, son apropiadas, replicadas y utilizadas por pequeños grupos. Existen diversas tecnologías
sociales para convivencia con el semiárido, como patios de sequíado, tanques de pedra, represas
subterráneas, cisternas de tejas, bombas populares de agua,
barraginha
,
barreiros lonados
,
barreiros
trincheiras,
etcétera.