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Formación de Instructores:
planeación y evaluación en capacitación.
va a operar. Es importante porque constituye el
punto de partida para formular objetivos.
En especificación de objetivos, se indica
lo que el participante será capaz de hacer, el
grado de eficiencia que se espera lograr y bajo
qué circunstancias se espera que actúe.
El segundo componente se refiere al
análisis y formulación de tares de aprendizaje y
comprende tres aspectos: inventario de tareas
de aprendizaje, medición de competencia
inicial e identificar y caracterizar las tareas de
aprendizaje.
Las tareas de aprendizaje se refieren
a lo que el participante debe aprender para
mostrar lo que se señala en los objetivos.
La medición de la competencia inicial se
refiere a la evaluación diagnóstica que, bien
aplicada, conduce al ajuste de objetivos y a la
planeación de estrategias.
La identificación y caracterización de
tareas de aprendizaje consiste en restar lo que
ya conoce el participante, del inventario de
tareas de aprendizaje previstas. Al identificar
las tareas de aprendizaje reales, se pasa al
siguiente segmento, el de planeación.
El tercer componente se refiere a
la planeación del sistema. Abarca cuatro
estrategias: análisis de funciones, análisis de
componentes, distribución de funciones y
cronogramación.
El análisis de funciones se orienta a
identificar lo que es pertinente hacer para
conducir al participante al logro del aprendizaje
propuesto en los objetivos. Para ello, se debe
seleccionar y organizar tanto el contenido
como las experiencias de aprendizaje,
coordinar la dirección de los participantes y
supervisar su desempeño.
El análisis de componentes se refiere a las
personas, otros medios y recursos que deben
ser empleados para realizar las funciones que
se identificaron en la etapa anterior.
La
distribución
y
cronogramación
se refieren a la distribución de funciones
específicas: a componentes particulares,
por un lado, y a los tiempos y lugares donde
se efectuará el proceso de enseñanza. Para
que sean efectivos, deben plantearse las
condiciones que garanticen la disponibilidad
de los elementos humanos, materiales y
tecnológicos (Gago, 1981, p. 60).
El cuarto y último componente se refiere
a la realización y control de calidad. Lo integran
el ensayo y prueba del sistema, la implantación,
la evaluación y control, así como el ajuste para
mejorar.
Banathy considera que, antes de
implantarlo, es necesario ensayar y probar
su funcionamiento con personas diferentes
a quienes los crearon. Posteriormente, está
la implantación, que es la puesta en práctica
bajo las condiciones decididas e iniciar el
procesamiento de los insumos y resultados. Al
final está la evaluación y el control, con lo que se
pretende verificar que los objetivos del sistema
se están logrando y, en caso contrario, efectuar
los ajustes necesarios para su cumplimiento.