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pierde, también se pierde la Ciudad de México. Puede haber un camino para
enfrentar esos problemas, porque los pobladores trabajan con ese interés de
cambio; por ejemplo: los agricultores defienden cada día su identidad, su
imagen; aunque la actividad chinampera se ha limitado, en parte porque
no se han creado procedimientos de mejora tecnológica y tampoco redes de
exportación. Es muy difícil reformar los sistemas; para empezar a hacerlo
es necesario cambiar de actitud personal y hacia las comunidades. Además,
hay interés favorable en algunas instituciones y organizaciones.
Se dice que la educación puede cambiarlo todo, pero para lograr cambios
auténticos y duraderos es necesario cambiar algo más profundo: la cultura,
que es donde está contenida la educación. La idea es, pues, cambiar la
cultura clásicamente occidental, que apuesta por la construcción. Es una
cultura “desarrollista”. Construyendo muchas obras no hay desarrollo.
Hablar de cultura no basta para cambiarla. Debe haber cambios reales
efectuados mediante el logro demetas pequeñas; proyectos de escalamediana
o chica, pero muy concretos. Es un proceso lento y en Xochimilco se avanza
hacia allá, pero un temor es que el proceso sea más lento que el desarrollo.
Una estrategia importante para desencadenar el cambio de cultura (y el
desarrollo) es trabajar juntos, superar discrepancias interinstitucionales
y disputas entre académicos. Los chinamperos también tienen conflictos
internos, y los académicos sostienen disputas con los chinamperos y con las
organizaciones civiles.
La cultura debe distinguirse como una originaria o pasada y una futura.
En medio de las dos están la educación del presente y la conciencia actual,
que busca comprender el pasado y construir el futuro, que pretende trabajar
por una identidad futura. Para llegar a ello, la conciencia del presente debe
asumir una corresponsabilidad ciudadana y de las instituciones de gobierno.
A su vez, también, la educación académica y no académica debe incidir en
los pobladores y en las empresas a través de un respaldo gubernamental,
disminuyendo hasta donde sea posible la dependencia que la sociedad tiene