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D e l a a p r o p i a c i ó n d e t e c n o l o g í a a l a g e s t i ó n d e l c o n o c i m i e n t o .
R e t o s e n l a g e s t i ó n c omu n i t a r i a d e l a g u a y e l s a n e am i e n t o
Para hacer realidad este planteamiento
es clave la participación de los profesiona-
les de las ciencias sociales (sociólogos(as),
antropólogos(as), educadores(as), trabaja-
dores(as) sociales) en igualdad de condi-
ciones con los ingenieros, cuya vinculación
al trabajo de campo debe iniciarse desde la
identificación del problema y durante todo el
ciclo del proyecto. Además del trabajo inter-
disciplinar en el desarrollo de los proyectos,
debe darse un trabajo interinstitucional pues
éste permite aunar esfuerzos, no dilapidar
los recursos y un mayor aprendizaje. El tra-
bajo compartido entre instituciones y comu-
nidades puede tomar la forma de Alianzas
de Aprendizaje (Smits,
et al
, 2007) en cuya
construcción es clave tener un panorama de
las misiones, los valores, las estrategias de
trabajo, la población objetivo, etc., de cada
una de las Instituciones participantes en la
alianza, y definir cómo se complementan y
cómo se diferencian. Además, debe incluir
tanto los aspectos que se necesitan fortale-
cer como los cambios a ejecutar para el de-
sarrollo de la Alianza, y precisar los objetivos
a alcanzar y las responsabilidades específicas
de cada institución.
Tanto los profesionales de las áreas técnicas
como de las sociales deben transformarse
en facilitadores(as) (García, 2005) de
procesos sociales para superar el legado del
“extensionista”, conforme lo expresó Freire
(1984):
“la Tarea del Extensionista es persuadir
a los campesinos y en muchos casos llevarles
campañas a favor de X o Y práctica, técnica
o producto. No le problematiza su situación
concreta para que analizándola críticamente
actúe sobre ella.”
Los(as)facilitadores(as)
deben ser sensibles a las diferencias de
género, edad, clase, etnia; promover la
identificación de sus propios problemas
por parte de la comunidad; generar
confianza, credibilidad y entusiasmo entre
los participantes, pero sobre todo, tener
una actitud ética que les impida manipular
comunidades o imponer sus opiniones.En
la formación de los facilitadores cumple un
gran papel el desarrollo de la inteligencia
emocional de los profesionales (Goleman,
1996, 2003 a, b) y la Investigación-Acción-
Participativa porque apoya la generación de
procesos de transformación desde el interior
de las propias comunidades.
En la creación de una alternativa al enfoque
tecnicista también es necesario contar
con centros de investigación que realicen
desarrollo/adaptación de tecnología, que
permita abandonar el modelo lineal en
el que unos investigan, otros transfieren
(los(as) extensionistas) y otros usan (las
comunidades) y ninguno se comunica
con el otro pues el mensaje se transmite
verticalmente. La existencia de centros
de investigación en la región debe llevar a
abandonar el modelo de traslado mecánico
de tecnologías y de predominio de las
tecnologías convencionales, para desarrollar
una concepción de diálogo de saberes en
la cual los(as) usuarios(as) hagan aportes
a la investigación e interactúen con los
investigadores. Espacios en los que se trabaje
con ecotecnologías y cuyos miembros se
desempeñen como facilitadores del trabajo
interinstitucional con las comunidades. Un
cambio fundamental en lo tecnológico es
que las comunidades tengan la posibilidad de
escoger entre múltiples opciones y puedan:
• Decidir la opción tecnológica y participar
en el diseño
• Conocerlosfundamentosdelatecnología,
su lógica de funcionamiento, operación,
mantenimiento y administración
• Introducir voluntariamente cambios que
permiten ajustar sus prácticas culturales
a las demandas que hace la tecnología
• Trabajar integralmente las soluciones de
agua, saneamiento y prácticas higiénicas