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L o s r e t o s d e l a a d o p c i ó n t e c n o l ó g i c a e n e l s e c t o r h í d r i c o d e
L a t i n o am é r i c a
INTRODUCCIÓN
En el año 2004 el escritor George Steiner
1
durante su famosa conferencia
“Una Idea de
Europa”,
pronunciada en el Instituto Nexus
de la Universidad de Tilburg en Los Países
Bajos, refirió una anécdota vivida en una
visita a Sur África cuando fue invitado a una
cena a la que asistían líderes del Congreso
Nacional Africano, CNA
2
. Refirió que la casa
donde se llevó a cabo la cena estaba vigilada
permanentemente por la policía surafricana,
situación que le motivó a comentar a los
miembros de la CNA, que bajo la ocupación
de las Waffen-SS
3
, cada que alguien podía
ejecutaba a alguno de ellos, por lo tanto
no entendía cómo, siendo la mayoría de la
población negra, en Johannesburgo, hasta el
momento no habían tocado a ningún blanco,
ante lo cual uno de los líderes le respondió
“
Los cristianos tienen los Evangelios; ustedes
los judíos tienen el Talmud, el Antiguo
Testamento, la Mishná; mis camaradas
comunistas en esta mesa tienen El Capital.
Nosotros los negros no tenemos libro.”
Esa respuesta tan contundente
“nosotros no
tenemos libro”
permite reflexionar sobre la
agresividad y la arrogancia que hay detrás
de quienes se consideran poseedores de
un “libro” que contiene toda la verdad
revelada. Mi experiencia de varios años
en un grupo interdisciplinario me ha
permitido observar que existen “libros”
de diversa índole (manuales, documentos,
legislaciones, etc.) que no permiten ver la
realidad de las comunidades con quienes
se trabaja. Se va al campo o se trabaja en
la ciudad informal con visiones inspiradas
en las políticas internacionales, las leyes
1 Escritor francés de origen judío que emigró a Estados Unidos huyendo del nazismo y en ese país ha
desarrollado su carrera académica.
2 Organización Líder del Movimiento contra la segregación racial en Sur África.
3 Conocida como la Guardia Negra de Hitler.
nacionales, las normas técnicas, los intereses
del político de turno, la visión de ciudad
formal o el interés de lucro personal. Cada
una de estas orientaciones produce un tipo
específico de distorsión de la realidad que
lleva a catástrofes “anunciadas” pero de las
cuales no se aprende.
Han pasadomás de cuarenta años desde que
George Foster
4
publicó su libro
“Las Culturas
Tradicionales y los Cambios Técnicos”
, repleto
de innumerables casos en los cuales se
ilustran los fracasos ocasionados por la falta
de análisis de los contextos socioeconómicos
y culturales en los que se mueven quienes
van a usar la tecnología. Es clásico el relato
de Foster (Foster, 1988) sobre los ingenieros
norteamericanos que en 1957, en el Valle
de Helmand en Afganistán, construyeron
un sistema de riego tan sofisticado que
difícilmente podía ser operado por un
campesino promedio de Estados Unidos con
trayectoriaenelmanejode sistemas de riego,
y que se convirtió en un verdadero problema
al ser manejado por los campesinos de
Helmand que hasta hace muy poco habían
sido nómadas. Igualmente representativo es
el caso de los campesinos dominicanos que
no usaban las letrinas porque sentarse en
bacinetes les produjo estreñimiento, dada
la costumbre de hacer sus necesidades en
cuclillas a campo abierto.
Sería bueno que los casos referidos
anteriormente se hubiesen quedado en el
pasado, pero sólo basta con ir al campo para
encontrar comunidades afrodescendientes,
indígenas o campesinas con tazas sanitarias
convertidas en materas; alcantarillados
instalados que no transportan nada porque
4 Antropólogo norteamericano precursor de la Antropología Aplicada.