Si bien algunos de estos productos son
elaborados con productos mayorita-
riamente mexicanos (como el maíz:
75%, jitomate: 99% y cebolla: 94%),
en otros casos son principalmente
importados (arroz: 79%, trigo: 61%
y chícharo: 89%). Por lo anterior, las
huellas hídricas internas y externas de
cada platillo son diferentes, teniendo
injerencia el origen de los insumos y el
gramaje de cada uno de ellos.
Al analizar el origen de la HH, los re-
sultados rompen con varios mitos:
• Aunque la cocina tradicional
mexicana gusta de apellidar con
nuestro gentilicio a algunos pla-
tillos, o bien, identificarlos como
símbolos de la cocina nacional,
existen casos como el arroz a la
mexicana, en donde únicamente
el 20% del agua utilizada para
elaborar el platillo tiene un ori-
gen nacional.
• Los chilaquiles, platillo típico
servido habitualmente a los visi-
tantes extranjeros, es tan nacio-
nal como importado, en térmi-
nos de HH, principalmente por
su uso de aceite (del que somos
deficitarios y tiene una elevada
HH).
• Tradicionalmente, se piensa
que una quesadilla de harina de
maíz es más nacional que una
elaborada en tortilla de harina
de trigo. A pesar de que impor-
tamos más trigo que maíz, al ser
más elevada la HH del segundo
que del primero, la quesadilla
elaborada con tortilla de harina
de trigo tiene una mayor Huella
Hídrica interna que la de maíz.
Lo que podemos confirmar como no
mito: el guacamole es uno de los pla-
tillos, hídrica y culturalmente hablan-
do, más mexicanos de nuestra cocina
tradicional.
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