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y acciones tendientes a la igualdad de género. Se cuenta con un bagaje de
instrumentos metodológicos que contribuyen a facilitar las intervenciones
de múltiples actores y, sobre todo, de las personas responsables del diseño
de las políticas hídricas.
No obstante, y como señalan diversos estudios de organismos como
ONU-Hábitat (op. cit.), aún hay rezagos en la producción de la información
sobre el agua y el saneamiento en la región latinoamericana, incluyendo
datos desagregados por sexo. La información desagregada por sexo contri-
buye a valorar las actividades desarrolladas por hombres y mujeres, planifi-
car el impacto que tendrán las propuestas para ampliar el acceso al agua y
el saneamiento en zonas periurbanas y asegurar la participación femenina
en los proyectos. Las instituciones responsables de las políticas hídricas
incorporan el enfoque de género de manera insuficiente, desconocen las
leyes y lineamientos al respecto o encuentran dificultades para integrarlo
de manera coherente, permanente y en forma transversal en sus respon-
sabilidades institucionales.
En algunos países se ha avanzado en la producción de información desa-
gregada por sexo, edad, condición socio-económica y origen étnico en múl-
tiples temas, por ejemplo, en el uso del tiempo para la provisión del agua
(y leña) a los hogares, el acceso a los servicios según el sexo de la jefatura
del hogar, la contribución del trabajo doméstico no remunerado de muje-
res. Esta información, siendo muy valiosa, aún se presenta de manera muy
agregada geográfica o administrativamente, lo que hace necesario su com-
plementación con diagnósticos que recojan información de fuentes prima-
rias. A la vez, estos datos son poco explorados -incluso desconocidos- por
las entidades que diseñan programas y proyectos hídricos, menos aún se
abordan de manera específica considerando las características de las zonas
periurbanas.