Estudio ecosistémico del lago de Pátzcuaro. Aportes en gestión ambiental para el fomento del desarrollo sustentable. Vol. II - page 188

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Estudio ecosistémico del lago de Pátzcuaro
diagnóstico que nunca rindieron fruto, así como
un ordenamiento pesquero y un plan de manejo
que no han sido aplicados (Ortiz, op. cit.).
Al respecto de los estudios de los que han sido
objeto
los usuarios, en las reuniones informati-
vas, los pescadores afirmaron estar en desacuer-
do con los términos y metodologías en los que
estas investigaciones se llevan a cabo. En su opi-
nión, los estudios consumen cuantiosos recur-
sos que no se materializan en acciones que los
beneficien a ellos o al lago; reportan informa-
ción ficticia y sin el consentimiento de los usua-
rios; se legitiman con la participación de poca
gente o personas que no los representan; reali-
zan cálculos inadecuados que no consideran la
compleja socio-economía y cultura pesquera de
la región; omiten sus demandas y opiniones; la
mayoría de las veces los investigadores no re-
gresan para devolverles la información que re-
cabaron y en la ocasión que esto se haga, no se
les toma en cuenta para modificar aquello que
se reporta con inexactitud; y finalmente, no se
les informa de manera clara y honesta de las in-
tenciones de los estudios ni el impacto que és-
tos tendrán sobre el futuro de su actividad. Todo
esto contribuye a que muchos de los miembros
del gremio se muestren renuentes a compartir
información con cualquier agente externo. In-
cluso, cuando se trata de hacer participativa su
opinión, reconocen que no existe una represen-
tación legítima de todos los pescadores ante
ninguna instancia gubernamental. En todo caso
se observa todavía la tensión entre uniones de
agalleros y de chinchorreros, que no olvidan los
hechos de violencia física que llegó existir entre
ellos, a fines de la década de 1980 y principios
de 1990, cuando llegó a un punto máximo las
tensiones entre uniones de pescadores regidos
por el marco institucional comunitarios, con
aquellos pescadores fundamentados en la ra-
cionalidad de producción comercial. La actual
representación está en alguien que no identifi-
can plenamente como pescador, en una locali-
dad tradicionalmente de chinchorreros, y de la
menor identidad p’urhépecha de la ribera. En la
consulta sobre el ordenamiento pesquero inter-
vino COEECO, a través de estas vías, lo cual fue
visto como nada representativo del sentir de las
uniones de pescadores.
Es evidente que la larga serie de intervenciones
ha dejado como saldo un desgaste social muy
importante y una desconfianza arraigada entre
muchos miembros del sector pesquero no solo
hacia los estudios, sino hacia todo tipo de pro-
gramas e intervenciones de gobierno e incluso
de instituciones académicas. Ello se fundamen-
ta en gran medida en los magros, nulos e in-
cluso contraproducentes resultados que han
generado años de inversiones encaminadas a
detener o revertir el deterioro del lago e impul-
sar el desarrollo socioeconómico (entrevistas;
Castilleja, 2004; Garibay, 1993). Algunas de estas
intervenciones han sido cuestionadas en cuanto
la asignación y manejo de recursos, generando
conflictos al interior del gremio y de las mismas
uniones (entrevistas). Además, la diversidad de
instituciones que tienen incidencia en el mane-
jo del lago y el recurso pesquero y los programas
y regulaciones que éstas generan, dibujan un
panorama complejo y confuso para los usuarios
(entrevistas; Castilleja, op. cit.). Algunas inter-
venciones han fomentado la creación de relacio-
nes clientelares y de dependencia entre el sector
y las dependencias públicas.
En entrevista, pescadores y líderes de organi-
zaciones pesqueras también coincidieron en
considerar que las intervenciones en el Lago de
Pátzcuaro en general y en el sector pesquero en
particular, persiguen fines políticos y económi-
cos más que ambientales, toda vez que perci-
ben que los cuantiosos recursos asignados para
este rubro se han capitalizado en las manos de
funcionarios de gobierno, organizaciones no gu-
bernamentales, académicos y líderes políticos
con programas que han demostrado poca efec-
tividad. Tal es la crítica, por ejemplo, hacia los
programas de empleo temporal, los estudios de
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