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Estudio ecosistémico del lago de Pátzcuaro
hacia formas de operación que pretenden inte-
grarse al mercado ambiental global. Cuando se
observa la escala regional y local es posible iden-
tificar el espacio concreto en el cual interactúan
los actores sociales, los desfases y retrasos, la
descoordinación y la incapacidad del arreglo
institucional de regular apropiadamente, con
resultados muy contrastantes.
Con respecto a la pesca del lago de Pátzcuaro
de qué podemos hablar: ¿gobernanza o gober-
nabilidad? Es claro que no existe la gobernanza
ambiental y de la pesca en el lago de Pátzcuaro,
en donde son los marcos normativos de los pes-
cadores tradicionales, enfrentados a veces con
quienes realizaron una pesca más comercial. Es-
tos marcos normativos locales no fueron capa-
ces de regular la pesca a escala del lago entre las
décadas de 1970 y 1990, cuando la demanda de
pescado blanco hizo crecer el número de pesca-
dores y el volumen de extracción. Pero tampoco
existe actualmente una entidad gubernamental
que ejerza la gobernabilidad de la pesca, la cual
sea capaz de ejercer dirección sobre cuantos
permisos, qué volumen de extracción, cuáles ar-
tes de pesca se pueden o no utilizar.
La gestión de la pesca en
el lago de Pátzcuaro
En la cuenca del lago de Pátzcuaro se iniciaron
desde hace más de cuatro décadas varias expe-
riencias significativas para la gestión de cuencas
y la implementación de políticas públicas para
frenar el deterioro ambiental (Garibay 1992: 273-
296), en las cuales se han ejecutado diversas
acciones gubernamentales y de organizaciones
no gubernamentales para frenar el deterioro del
lago y sus recursos, con mayor o menor consen-
so de los usuarios de esos recursos.
La cuenca viene siendo escenario, desde hace
más de medio siglo, de múltiples acciones orien-
tadas a propiciar su desarrollo. En ese sentido,
en 1936 se realizó la primera iniciativa de reha-
bilitación y conservación de recursos naturales,
por parte de la Presidencia de la República y a
partir de ello, una serie de instituciones, entre
ellas el Ejército Mexicano, UNAM, Escuela Na-
cional de Antropología, UNESCO, SEP, SARH, Se-
cretaría de Marina, Escuela de Posgraduados de
Chapingo, Dirección General de Culturas Popu-
lares, Gobierno del Estado, Fundación Mexica-
na para el Desarrollo Rural, Centro de Estudios
Sociales y Ecológicos, Organización Ribereña
contra la Contaminación del Lago, Instituto Na-
cional Indigenista, Ayuntamientos locales, etc.,
tuvieron incidencia, en distintos niveles, en el
rescate ambiental de la zona, impulsando des-
de acciones muy puntuales de erradicación de
malezas acuáticas o siembra de carpas de Israel
en el lago, hasta proyectos con una perspectiva
más amplia, de desarrollo rural regional susten-
table. Actualmente se identifican 29 organiza-
ciones e instituciones, excluyendo las organiza-
ciones sociales y comunitarias, de las cuales 10
son instituciones del gobierno federal, 9 perte-
necen al gobierno del estado de Michoacán, 5
son instituciones educativas locales y naciona-
les, 3 son organizaciones no gubernamentales y
2 son internacionales (IMTA, 2012: 338).
A partir de los años ochenta es cuando se inten-
sifican las estrategias de recuperación ambien-
tal de la cuenca, en virtud del incremento del
deterioro de los recursos naturales y de la pre-
sión de habitantes locales para que se diera una
solución a su problemática. En virtud de ello,
desde la academia, de organismos gubernamen-
tales y no gubernamentales y de organizaciones
sociales se vienen emprendiendo acciones más
sistemáticas en los ámbitos de la producción
pesquera, forestal, artesanal, agropecuaria, así
como hacia el desarrollo urbano, turístico, edu-
cativo, entre otros.
En la década de 1990 cambia la orientación de
los primeros esfuerzos y se empieza a perfilar
un modelo de gestión ambiental descentraliza-