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Apropiación de recursos naturales
en Montebello, Chiapas
cultivos de maíz y frijol, por lo cual los pobladores debían
recurrir a actividades alternas para su reproducción, tales como la
elaboración de morrales a base de una fibra extraída de una palma
que crecía en el área, la alfarería y, después, el aprovechamiento
forestal.
La vida anterior era muy trabajosa, muy difícil. En ese tiempo que
se formó el ejido, en el año 1937, el clima era muy diferente; era
muy frío, llovía mucho, no se podía sembrar, el maíz no pegaba.
Las milpas no se lograban. En los días del invierno llovía desde
noviembre, diciembre, enero, febrero, hasta marzo. Entonces la
gente no trabajaba porque llovía demasiado. Después de marzo
ya la gente trabajaba; pura rozadura hacía la gente y esa rozadura
sí había necesidad de prenderle la lumbre; no se quemaba por la
humedad. Había años en que comenzaban las lluvias desde el mes
de mayo, mire usted, los cambios. Después, por ahí del año 1950,
empezó a haber un cambio en el clima, se fue alejando la lluvia
y comenzaron a hacer diferente el cultivo; la gente comenzó a
hacer otra forma de vida, entonces ya se sembraba más, la milpa
ya creció
(entrevista con Jaime Pérez Jiménez, Ojo de Agua,
1º de diciembre, 2011).
Además de la agricultura de roza-tumba-quema, los pobladores
del ejido comenzaron a realizar el aprovechamiento forestal
hacia la década de 1960. Esta práctica ha sido también de gran
relevancia en la transformación de las condiciones ambientales
del ejido, ya que a través de ella se ha modificado el tipo de
vegetación original de bosques de pino-encino, que pasó a ser
básicamente pino, en la actualidad.
No reforestamos, nomás le damos una chapeada ahí en donde es
el área de corta pue, porque sólo se reforesta pue ahí sale mucha
semilla. Lo viera usted donde trabajamos, donde se ha cortado, ya
vienen los árboles así de alto pue, es que es mucha semilla lo que
tiene el ocote, esa semilla sale y se crece pue, cuando viene a ver
ya están los árboles de un metro tal vez
(entrevista con Arturo
Santiz Jiménez, Ojo de Agua, 12 de marzo, 2012)
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