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La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
café, este último en los solares de las viviendas, poco a poco
fue ganando terreno en el ejido. La diversificación productiva
ha sido considerada por los habitantes del ejido como un factor
crucial para la mejora de su calidad de vida. Con el tiempo, los
habitantes de Ojo de Agua no solamente lograron adaptarse a las
condiciones ambientales imperantes, sino también transformar su
entorno natural mediante su práctica.
Paralelamente a la cultura local y sus potencialidades para
emprender estrategias de adaptación ante el fenómeno de la
variabilidad climática, el medio físico en el área de estudio
presenta importantes ventajas para mitigar el cambio climático. La
presencia de ecosistemas lagunares en su territorio y la cobertura
de bosques de coníferas y mesófilos en el área, brinda ventajas
comparativas para el desarrollo de actividades agrícolas, que en
un contexto de aumento de temperaturas en la región, podría
generar oportunidades productivas para la población local, si se
hace un manejo adecuado.
En otra perspectiva, la conservación de los bosques mesófilos en el
ejido bajo el esquema de pago por servicios ambientales constituye
también una ventaja para el mantenimiento del equilibrio del
medio ambiente local. No obstante, es preciso señalar que el ejido,
al estar localizado en la parte baja de la cuenca río Grande-Lagunas
de Montebello, es desde hace más de una década escenario de
conflictos socioambientales, tal como la contaminación de los
ecosistemas lagunares, por recibir descargas del río Grande que
acarrean agroquímicos y aguas servidas de la ciudad de Comitán.
Esta problemática conforma una amenaza para el mantenimiento
de los ecosistemas lagunares del área y puede resultar un
problema de salud para los ejidos y comunidades localizadas en
el área. Es preciso, por ello, desarrollar estrategias que atiendan
los problemas ambientales de la cuenca en su conjunto.