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mercado inmobiliario, lo cual ha traído serias consecuencias sobre el suelo
de conservación, los recursos naturales y los servicios de que disponen los
habitantes de dichas zonas.
1.2. Algunas implicaciones de la expansión
urbana en la Ciudad de México
En el territorio del DF, el suelo se ha clasificado de dos maneras: suelo
urbano o suelo de conservación. Del primero, existe una extensión de
61 082 hectáreas que representa el 41% de la superficie total, mientras
del segundo se registran 88 442 hectáreas, que equivalen al 59% del
territorio de la Ciudad de México.
1.2.1. Suelo de conservación
De las 88 442 hectáreas consideradas suelo de conservación, 62 000 tienen
un régimen social de propiedad de la tierra (es decir, pertenece a ejidos,
comunidades y pueblos). Y es justamente esta superficie la que durante
las últimas décadas ha sido sometida a fuertes presiones debido a una
acelerada y desordenada urbanización, que ha transformado la vocación
agrícola y forestal del suelo y ha degradado ambientalmente buena parte de
la superficie verde de la ciudad. Se estima que la tasa de deforestación anual
es de 500 ha y la tasa de ocupación urbana ha crecido a un ritmo de más de
300 ha por año (
Gaceta Oficial del D.F.
, 2003).
Como ya se mencionó con anterioridad, el crecimiento desordenado
hacia la periferia del DF impacta en las condiciones naturales de la zona,
incidiendo negativamente sobre los procesos ambientales que, en buena
medida, son sustento de la ciudad. La urbanización en estas zonas se
caracteriza por la aparición repentina de asentamientos precarios, producto
de la venta ilegal de propiedad social o privada, carente de servicios y en
donde, generalmente, el uso habitacional del suelo está prohibido.