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Un fenómeno interesante de resaltar en el despoblamiento de las
delegaciones centrales de la ciudad, es el proceso experimentado que combinó
cambios en los usos del suelo y en los inmuebles existentes, con lo cual se
sustituyeron usos habitacionales o de servicios por usos del suelo de tipo
comercial que resultaron más rentables para los inversionistas del mercado
inmobiliario, imponiendo la
terciarización
de la ciudad. La consecuencia
inmediata de estos fenómenos fue el desplazamiento de la población a áreas
periféricas de la ciudad, lo que, junto con el crecimiento demográfico natural,
fomentó el crecimiento y poblamiento de dichas áreas:
En síntesis, los datos censales muestran que el proceso de despoblamiento del área central
del D.F. ha sido constante y hasta el año 2000 ha ido extendiéndose paulatinamente a
la mitad de las delegaciones, cuya superficie está prácticamente urbanizada, por lo que
se puede concluir que los esfuerzos en materia de construcción de vivienda propia o en
renta y de reciclamiento de inmuebles de uso habitacional han sido insuficientes para
revertir esta tendencia, frente al proceso de cambio de uso de suelo y de terciarización,
que han roto con la vocación habitacional de la zona. (
Gaceta Oficial del D.F
., 2003).
El crecimiento mencionado se produjo en la periferia de la ciudad a un
alto costo individual, social y ambiental, mediante un poblamiento masivo
de baja densidad, con una fisonomía de construcciones inacabadas, en suelo
apropiado de manera irregular o ilegal, en terrenos públicos, privados,
ejidales y comunales, sin servicios y en zonas rurales no aptas para la
urbanización. En consecuencia, la presión urbana que actualmente se ejerce
sobre las periferias de la ciudad se concentra sobre el suelo de uso agrícola,
forestal o catalogado como reserva ecológica.
Aquí se debe señalar que una parte importante de las delegaciones se
caracterizan por contar con suelo de conservación, que en los últimos años
ha devenido en zona de asentamientos irregulares y de un poblamiento
propiciado por la necesidad de vivienda y debido a la voracidad del