212
mal planteadas y, en otros, son inexistentes: los residuos no se separan, las
materias orgánicas no se usan. No hay implementación de tecnologías ni
una expectativa consistente e inmediata que prevea la optimización de la
energía generada por medios biológicos o alternativos.
La agricultura, el manejo de residuos sólidos, el tratamiento de aguas
residuales y el abasto de agua potable son afectados por elementos comunes
y transversales que interconectan a los sectores entre sí: son causas de
unos y efectos de otros, y reproducen un círculo vicioso complejo; en él,
están vinculadas estructuras gubernamentales y civiles. Los actores civiles
e institucionales tienen claridad acerca del modo en que se reproduce ese
círculo vicioso, pero no han logrado delinear y llevar adelante un conjunto de
estrategias consensuadas que se sostengan a lo largo del tiempo y que sean
efectivas para resolver los elementos recreados dentro de esa complejidad.
Una solución de fondo supone una revolución del modelo de gestión del
manejo del agua en todos los actores, en todos los ámbitos y para todos los
usos; supone, además, una transformación en la lógica con que se piensa
y decide a propósito de las formas de organización y en las maneras de
gestionar los recursos, y ponderar, a partir de ellas, la implementación de las
soluciones tecnológicas. En la zona de estudio hay signos que evidencian una
voluntad por alimentar este esquema, así como las dificultades para avanzar
en tal dirección.
6.2. La experiencia de
Vivace
En el contexto anterior se desarrolló del proyecto
Vivace
, el cual –como se
detalló anteriormente– exploró las posibilidades y el potencial de aplicación
de conceptos innovadores que integren el abasto de agua, saneamiento,
reúso de agua tratada y manejo de residuos sólidos.
Sin olvidar la importancia de los sistemas tecnológicos convencionales
(centralizados) y sin excluir su existencia,
Vivace
exploró la pertinencia