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Tecnología y Ciencias del Agua
, vol. VIII, núm. 4, julio-agosto de 2017, pp. 167-171
Discusión al artículo “Influencia del cambio climático en el comportamiento de los caudales máximos de la zona mediterránea de Chile”...
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ISSN 2007-2422
posible señalar que ha existido un aumento de
los caudales máximos en los últimos periodos,
lo que es refrendado incluso por medidas tan
básicas como lo es la comparación gráfica y las
tendencias de los datos. Por tanto, no hay mayor
análisis sobre lo expuesto que lo ya dicho.
A continuación se da respuesta a los alcances
del polemista:
1. El boletín 17B del WRC señala que los
caudales máximos anuales pueden ser
tratados como eventos independientes,
aunque las pruebas para verificar este
supuesto indiquen lo contrario. En cuanto
a la calidad de los datos empleados en el
análisis, la Dirección General de Aguas de
Chile realiza un exhaustivo análisis de los
datos que pone a disposición de los usuarios,
los cuales son validados de 2 a 3 años
después de la ocurrencia de los mismos,
con lo cual se verifica el comportamiento
de las curvas de descarga. Esto define que
los datos son de calidad y se ajustan a la
realidad descrita en cada cuenca. Además,
dado que el largo de los registros es superior
a 10 años, los datos se consideran aceptables
para realizar un ajuste de FDP.
2. El ajuste de las FDP no consideró un análisis
con base en los L momentos. Además, el
análisis se realizó por estación, dadas las
características particulares que posee el
territorio chileno, que hace muy singulares
a cada una de sus cuencas (caen más de
5 000 m en menos de 100 km de recorrido;
algunas poseen régimen pluvionival y otras
sólo de tipo pluvial; las pendientes medias
del cauce principal son muy distintas,
dependiendo de si la cuenca se ubica en
la cordillera de los Andes o de la costa,
etc.). Por ende, cualquier agrupación de
los datos en términos regionales estaría
generando la necesidad de establecer
análisis muy distintos a los efectuados,
por la multivariabilidad que habría que
considerar. En función de lo anterior, la
aplicación del índice
Di
no tendría sentido,
ya que éste se utiliza para la identificación
de medidas discordantes dentro de un
análisis grupal, que para este caso no
corresponden.
3. Sólo se seleccionaron los registros más
amplios de cada área, pues existe mucha
variabilidad en la longitud de las series,
y se asumió que ellas podían representar
al conjunto de una región administrativa,
no hidrológica ni estadística. El polemista
insiste en entender, al parecer, que las
regiones son de tipo hidrológico y eso no
corresponde al artículo.
4. No se planteó la hipótesis de que los
caudales estudiados proviniesen de dos
regímenes distintos, dado que lo que se
desea probar es si ha habido cambios
temporales en el comportamiento de los
caudales máximos para cada cuenca en
estudio y de forma particular; esto es, si
ellos han aumentado en los últimos años.
Lo expuesto por el polemista tendría
mayor asidero (clasificando en cuencas
pluviales y pluvionivales), si este estudio
correspondiese a una descripción de la
zona de estudio en términos de análisis
regionales. Asimismo, todas las cuencas
en estudio corresponden a pluviales y
pluvionivales (Cortés
et al
., 2011; Bravo &
Garreud, 2011).
5. Los modelos probados en el estudio son
utilizados comúnmente en Chile. Además, el
estudio no pretendía encontrar la mejor FDP
para las estaciones, y dado que los valores
del coeficiente de determinación y prueba
de Kolmogorov-Smirnov fueron buenos, no
fue necesario ajustar otro modelo de FDP
conforme a los objetivos del estudio.
6. El ajuste de los modelos se realizó a través
del método de los momentos. En cuanto a
la selección de los modelos, los indicadores
que señala el polemista presentan el error en
la misma unidad que la variable, por lo que
su interpretación es sencilla, pero no son
objetivos. Asimismo, Chai y Draxler (2014)
señalan que los indicadores (RMSE Y MAE)
sólo enfatizan un aspecto del error, por lo
que lo ideal es utilizar una combinación