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Estudio ecosistémico del lago de Pátzcuaro
muy concreta, pero al mismo tiempo comparte
muchas similitudes con otras regiones hidroló-
gicas del país y del mundo, no sólo en aspectos
biofísicos, sino institucionales y organizativos.
El objetivo es llegar a definir un modelo de bue-
na gobernanza para el manejo y planeación del
agua en la cuenca que pueda ser utilizado en
cuencas con problemáticas similares. Los pro-
blemas son compartidos en términos generales
con las de otras partes del país, como es el de la
calidad del agua, la pérdida de cobertura vegetal
original para ser sustituida por vegetación indu-
cida para fines agropecuarios, así como el uso
ineficiente del agua de riego.
Visto así, esto ya implica un mapeo comple-
jo de intereses, condiciones socioeconómicas,
presiones sobre la distribución del agua y com-
petencia entre usos, para lo cual también es
fundamental encontrar las alternativas de in-
tervención y construcción de acciones colecti-
vas que posibiliten la adopción de las mejores
prácticas de manejo sustentable de la cuenca.
Esto lleva necesariamente a la vinculación con
organizaciones civiles, empresas y organismos
gubernamentales, la producción de espacios de
diálogo y concertación, así como a la difusión
de los resultados de la investigación que de bá-
sica deviene en aplicada, al encontrar en este
caso en concreto, los puntales sobre los cuales
construir una nueva gobernanza del agua.
La política y las políticas públicas son entida-
des diferentes, las cuales indudablemente se
influyen de manera recíproca. Tanto la política
como las políticas tienen que ver con el poder
social, pero mientras la política es un concepto
amplio, relativo al poder en general, las políti-
cas públicas corresponden a soluciones espe-
cíficas de cómo manejar los asuntos públicos.
Las políticas públicas son un factor común de
la política y de las decisiones del gobierno y de
la oposición. Así, la política puede ser analizada
como la búsqueda de establecer o de bloquear
políticas públicas sobre determinados temas, o
de influir en ellas. A su vez, parte fundamental
del quehacer del gobierno se refiere al diseño,
gestión y evaluación de políticas públicas (Me-
dellín, 2006). El principal aspecto de integración
de la gestión del agua por cuenca es de carácter
plenamente político, ya que existe una negocia-
ción entre actores sociales y gubernamentales.
La influencia que ejercen grupos de presión o
grupos de interés en torno a la política del agua,
así como la burocracia hidráulica que también
está conformada por distintos grupos compiten
entre sí por el control de la política del agua.
Los espacios para la participación sólo han te-
nido un carácter consultivo, lo cual limita el
interés de la sociedad en participar en ellos, es-
tando la mayoría de los casos sólo los intereses
económicos y políticos más organizados. La pro-
puesta de gestión integrada no ha transformado
todavía la gestión en el ámbito local, que es en
el que cotidianamente vive, percibe, y expresa
sus problemas y preocupaciones la mayoría de
la población, y en el que realmente es capaz de
participar la sociedad. Esto explica la poca in-
formación y comunicación que existe todavía
respecto al agua a este nivel, el que persista
entre muchos usuarios del agua la idea de que
los problemas del agua los debe resolver sólo el
gobierno, y que el abastecimiento y saneamien-
to del agua debe ser parte de los servicios bajo
responsabilidad económica de las entidades gu-
bernamentales.
Por otro lado, existe la percepción entre las orga-
nizaciones gubernamentales de que es más fácil
tomar decisiones de política del agua mientras
sea menor el número personas que participan;
también perciben que la autoridad del agua se
diluye cuando se involucran a más actores so-
ciales, y que el actual arreglo institucional es in-
capaz de resolver todos los problemas y conflic-
tos por el agua porque no reconoce realmente el
valor de las decisiones técnicas. Esta percepción
también restringe los alcances del modelo de
gestión integrada del agua por cuenca.