mercio internacional y el consumo de
bienes y servicios. La escasez y conta-
minación del agua pueden compren-
derse mejor si se toma en cuenta toda
la cadena productiva.
1.3. Introducción
Durante las últimas décadas –como lo
menciona el Informe 2015 de las Na-
ciones Unidas para el Desarrollo Hí-
drico Mundial–, la incesante deman-
da por recursos hídricos y su mal uso
han incrementado la contaminación y
agravado el estrés hídrico en muchas
partes del mundo. La frecuencia e in-
tensidad de las crisis del agua han ido
aumentando con graves consecuencias
para la salud pública, la sostenibilidad
ambiental, el desarrollo económico
y la seguridad alimentaria y energéti-
ca, con lo que el agua a menudo se
ha convertido en un factor limitante,
en lugar de un facilitador del bienestar
social, ambiental y económico.
No obstante, con un enfoque optimista,
dicho informe señala que es un hecho
que existe suficiente agua disponible
para satisfacer las crecientes necesi-
dades del mundo, pero no sin cambiar
dramáticamente la manera en que se
utiliza, administra y comparte. La cri-
sis mundial del agua es de gobernan-
za, mucho más que de disponibilidad
de recursos, y es aquí donde la mayor
parte de la acción es necesaria para lo-
grar un mundo con seguridad hídrica
(WWAP, 2015). Para ello, plantea una
visión ideal al año 2050, en donde se
han producido esos drásticos cambios
y se ha logrado revertir esa crisis:
• Cada persona tiene acceso a una
cantidad adecuada de agua, de
calidad aceptable, proveniente
de fuentes sostenibles.
• La población está protegida contra
enfermedades hidrotransmitidas.
• Los ecosistemas están protegidos
en un clima de paz y estabilidad.
• Las innovaciones tecnológicas
permiten un uso más eficiente
del agua.
• Los ecosistemas acuáticos y los
acuíferos están en equilibrio.
• La demanda de agua per cápita
y por unidad de producción es
mucho menor que en 2015 en
los sectores agrícola, industrial y
energético, dando por resultado
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