riesgos físicos, de reputación, regulato-
rios y financieros relacionados con el
agua. El costo de tener que desplazar-
se a otra región debido a la escasez, o
a una calidad de agua inadecuada, el
que su Huella Hídrica sea mayor que
la de sus competidores, el enfrentar
una posible veda, hacerse acreedor a
sanciones por mal uso del agua o tener
que pagar un costo mayor por el uso
de este recurso, es algo que las empre-
sas desean evitar. Por otra parte, la re-
ducción de su Huella Hídrica les pue-
de brindar oportunidades y una mejor
imagen corporativa, correspondiente a
una empresa con responsabilidad so-
cial y ambiental.
Para la estimación de la Huella Hídri-
ca de una ciudad, cuenca o región,
se deben analizar los sectores que la
conforman y que se evaluarán, entre
los que se encuentran el residencial o
doméstico, industrial, comercial, pú-
blico –a cargo del municipio– y, en su
caso, el agrícola. Para mejor referencia
véanse los capítulos correspondien-
tes a las cuencas de los ríos Apatlaco,
Ayuquila y Verde.
En cuanto a la Huella Hídrica del
consumidor, esta se refiere al volu-
men total de agua empleado directa
e indirectamente para la producción
de bienes y servicios consumidos en
un periodo determinado; por lo gene-
ral, un año. En promedio mundial, la
Huella Hídrica de consumo per cápi-
ta se estimó en 1 385 m
3
/año durante
el periodo 1996-2005, mientras que
en Estados Unidos de América (EUA)
fue de 2 842 m
3
/año, en México de
1 978, en China de 1 071 y en la India
de 1 089 m
3
/año (Hoekstra & Mekon-
nen, 2012).
Así, por ejemplo, en el Reino Unido
se estimó que la Huella Hídrica azul
directa de los consumidores era de
alrededor de 150 litros por persona,
pero este volumen resultó ser apenas el
3% de su Huella Hídrica total. El otro
97% es “invisible”, pasa desapercibi-
do por no emplearse directamente en
casa, sino por adquirirse en el super-
mercado: 3 400 litros/día por produc-
tos agrícolas y 1 100 litros/día por pro-
ductos industriales, de los cuales más
del 60% eran de importación. En un
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