Tecnología y Ciencias del Agua - page 105

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Tecnología y Ciencias del Agua
, vol. VIII, núm. 3, mayo-junio de 2017, pp. 93-110
Segura-Castruita & Ortiz-Solorio,
Modelación de la evapotranspiración potencial mensual a partir de temperaturas máximas-mínimas y altitud
ISSN 2007-2422
como
TX
>
TN
>
AL
, con tendencia positiva,
negativa y positiva, respectivamente. Este com-
portamiento no es extraño para
TX
y
TN
, pues
el aumento de la temperatura hasta un máximo
(
TX
) incrementará la
ETP
, y la disminución de la
temperatura hasta un mínimo (
TN
) provoca un
decrecimiento de
ETP
, pues estas temperaturas
influyen en la presión de saturación de vapor y
por lo tanto afectan la estimación de
ET
(Allen
et al
., 1998; Hargreaves & Samani, 1985; Ortiz-
Solorio, 2011). No obstante, llama la atención
el signo positivo del coeficiente de
AL
en el
modelo general y en algunos mensuales, pues
difiere de la tendencia negativa en la relación
ETP
-altitud, que reportaron Jaramillo-Robledo
(2006), Vega y Jara (2009), y Goulden
et al
. (2012).
La tendencia que se encontró en este estudio tie-
ne sentido válido desde un punto de vista físico,
pues la discrepancia podría deberse a la relación
inversa que existe entre la altitud y la presión
atmosférica (Pereira, Valero, Picornell-Buendía,
& Martín-Benito, 2010), lo que provoca, a su vez,
un aumento en la evaporación, independiente-
mente de la temperatura (Castellan, 1987; Ma-
derey & Jiménez, 2001; Armstrong, Pomeroy, &
Martz, 2015) y que para México se hace evidente
en invierno. De acuerdo con Allen
et al
. (1998),
la presión atmosférica es otro de los parámetros
atmosféricos que determinan la
ET
.
En este contexto, Bautista, Bautista y Delgado
(2009) mencionaron que los modelos tradiciona-
les generalmente utilizan una o más variables
atmosféricas o algunas mediciones relaciona-
das, como la evaporación. Aunque asumen un
estado ideal donde no interviene la elevación;
pero, como se observa en este estudio, la alti-
tud sí tiene influencia. Al respecto, Hagreaves
y Samani (1985), en su ecuación, hicieron una
modificación en función de la correlación que
encontraron entre las temperaturas máximas
y mínimas con la altitud para El Salvador; sin
embargo, es escasa más información relacionada
con este aspecto.
Aplicación de los modelos
ETP
g
y
ETP
m
Los resultados de la aplicación de los modelos
ETP
g
y
ETP
m
(cuadro 7) por estación y por mes
muestran que en ocasiones se subestiman o
sobreestiman los valores de
ETP
respecto a
ETP
HS
mensual; es importante resaltar que al
seleccionar de manera aleatoria
EM
y obser-
vatorios diferentes a las que se utilizaron para
generar los modelos, se corrió el riesgo de se-
leccionar alguna que estuviera fuera del rango
que se utilizó, situación no deseada cuando se
generan modelos (Salinas & Silva, 2007). En este
sentido, tres
EM
y un observatorio presentaron
datos que no se encontraron en el rango de
valores con los que se generaron los modelos
(
EM
: 1. Pabellón de Arteaga [enero
TN
= -3.0
°C; febrero
TN
= -2.2 °C]; 9. Bacalar [
AL
= 2.0
m], y 10. Arivechi [mayo
TX
= 40.2 °C; junio
TX
= 42.6]; Observatorio Durango [enero
TN
= -3.9 °C; febrero
TN
= -2.6]). No obstante,
estos datos no influyeron en los resultados,
pues cuando fueron utilizados en los mode-
los
ETP
g
y
ETP
m
no se observaron diferencias
grandes respecto a
ETP
HS
, ya que la varianza
de los resultados de los modelos obtenidos se
encuentra dentro del índice de confianza (95%)
de la varianza de
ETP
HS
(cuadro 8), lo que su-
giere que los resultados de
ETP
con
HS
y de
las dos ecuaciones de este estudio son similares.
Estos resultados pudieron ocurrir porque en
Pabellón de Arteaga y en el observatorio de
Durango los datos correspondieron a
TN
, que
no se utilizaron en el cálculo; en Bacalar, la va-
riación en la altitud es de un metro menor que
el límite del rango, así como en Arivechi, con
temperatura superiores al límite mayor por 0.1
y 1.5 °C, lo que provocó variaciones mínimas
en los resultados.
De tal manera que la
ETP
mensual con los
tres modelos tiene una distribución parecida
(figura 3); resultados de distribución de
ETP
se-
mejantes a los reportados por Campos-Aranda
(2005) y Ruíz-Álvarez
et al
. (2014).
Análisis estadísticos de
ETP
g
y
ETP
m
Al analizar el resultado de los modelos
ETP
g
y
ETP
m
con el total de las estaciones de prueba
respecto a
ETP
HS
, los estadísticos
RCME
y
EMS
del
ETP
g
(0.42 y 0.09 mm/día, respectivamente)
fueron mayores que los de
ETP
m
(
RCME
= 0.16
1...,95,96,97,98,99,100,101,102,103,104 106,107,108,109,110,111,112,113,114,115,...180
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