Memorias - Los Retos de la Adopción Tecnológica en el Sector Hídrico de Latinoamérica - page 175

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E l e m p o d e r am i e n t o d e l a s mu j e r e s r u r a l e s y l a s t e c n o l o g í a s d e
c o n v i v e n c i a c o n e l S e m i á r i d o e n S a n t a C r r u z D a B a i x a V e r d e ,
S e r t ã o d e P e r n amu c o – G r a s i l
Inclusive ahora con la seca, es solo colocar agua
en la cisterna para que no se vaya a quebrar y hay
agua al lado de casa. Ahora estoy esperando la
otra cisterna, para poder cuidar de mi huerta.
La investigación también nos posibilitó
comprender que para las mujeres, otra
dimensión importante fue la participación en
los cursos y reuniones, poder ser escogidas y
ver sus derechos reconocidos. Otra cuestión
es que, como son organizadas en un Grupo
Procdutivo y participan de la asociación de
la comunidad, ellas pasan a ser referencia
para otras comunidades y reciben visitas
e intercambios, además de participar de
diversos otros projetos. Eso ha valorizado
y fortalecido la autoestima del Grupo e de
ellas individualmente.
El acceso a la cisterna es percibido como un
derecho y no como un favor o una “moneda
de troca”. Para las mujeres entrevistadas,
esta es otra cuestión importante, porque
antes era “normal” tener que vender el voto
para un candidato cualquiera que les llevase
un carro-cisterna, o para el alcalde que
prometiese hacer un estanque o excavar
pozos. Las mujeres afirman que ahora
consiguen percibir que el voto de ellas no
tiene precio y que ellas lo que tienen es que
luchar para que toda la comunidad tenga
esos derechos. Según Doña Íris:
Antes nosotros éramos que ni ganado, el alcalde
mandaba y nosotros aceptábamos. Virgen María,
yo misma vi mucha gente prometiendo pozo
y estanque a cambio del voto y después que el
candidato ganaba, ni se acordaba de nosotros.
Cuando comencé a participar de las reuniones en
el sindicato, con la ASA, fui entendiendo cómo
eran las cosas y ahora, sinceramente, me da hasta
verguenza. Aquí mismo en Pereiros, político no
llega más prometiendo agua, pues tenemos más
respeto. El mes pasado hicimos una marcha en
defensa de nuestro río, porque sin él si que de
verdad nos quedamos sin agua. El pueblo dice
que la culpa es de la falta de lluvia, pero no es
solo eso, no. Aquí mismo todo mundo destruye la
vegetación, los árboles, el río se secó.
Las palabras de Doña Íris nos llaman la
atención para otra dimensión del acceso a
cisterna, pues las mujeres pasan a participar
de los espacios de discusión, de cursos
de capacitación y formación en diversas
temáticas, como educación ambiental. De
esta forma, pasan a tener una conciencia
de que la cuestión del cuidado o de la
preservación del medio ambiente es
fundamental para que las familias puedan
vivir con dignidad en el semiárido y hace
parte del conjunto de acciones que están
insertas en la perspectiva de convivencia con
el semiárido.
PARA DÓNDE VAMOS...
Ciertamente, aún hay mucho que avanzar
en lo que se refiere a la convivencia con el
Semiárido, con dignidad y respeto a las
poblaciones que aquí viven, sobre todo a
las mujeres, jóvenes, niñas/os y ancianos,
que aún sufren la violencia de género y
generacional.
Los desafíos son muchos, mas podemos
apuntar avances en el campo del acceso a
los recursos hídricos a partir de la difusión de
tecnologías simples como las cisternas, pero,
sobre todo, con el fortalecimiento político
de la población, que pasa a cuestionar la
industria de la sequía y a las oligarquías
locales, que hacen del acceso al agua,
moneda de troca o negociación e influencia
política.
Para la población del semiárido brasileño, la
construcción de grandes obras no significa
mejoria de vida ni tampoco acceso al agua
de calidad, pues estas grandes obras son
apropiadas por las élites locales que hacen
de ellas mecanismos de opresión del pueblo,
de subordinación a los poderes locales y
de la opresión del latifundio (del agro y del
hidronegócio).
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