reducir los efectos negativos del ser
humano en los recursos hídricos.
5.3. Introducción
La Gestión Integrada de los Recursos
Hídricos (GIRH), cuyos principios fue-
ron establecidos en la Conferencia so-
bre Agua y Saneamiento realizada en
Dublín, Irlanda, en 1992, reconoce la
necesidad de considerar el agua en su
distribución natural, identificando la
cuenca hidrológica como la unidad
de gestión más apropiada –pero no la
única– y de un enfoque flexible e in-
cluyente de política pública para en-
frentar la crisis del agua (Vargas, Güi-
trón de los Reyes y Hernández Arce,
2009).
La búsqueda de una mejor manera de
gestionar el agua ha llevado a la apli-
cación de nuevos indicadores que fa-
ciliten el proceso. Tal es el caso de la
HH, un indicador del volumen de agua
utilizado por el ser humano y que ya
no se encuentra disponible para otros
usos porque el agua utilizada se eva-
poró, transpiró, se incorporó a un ser
vivo o producto o se utilizó para diluir
contaminantes. A diferencia de otros
indicadores del consumo del agua, la
HH es un indicador holístico porque
propone el análisis del consumo del
agua en su conjunto y no solo a través
de las partes que los componen, inclu-
yendo factores como la procedencia,
calidad y disponibilidad de agua en
un tiempo y lugar determinado (CTA,
2013; Hoekstra, Chapagain, Aldaya y
Mekonnen, 2011).
La HH de una cuenca indica, en tér-
minos cuantitativos, el agua apropiada
del ciclo hidrológico de una cuenca
por el ser humano (Hoekstra
et al
.,
2011), o sea, el volumen de agua que
se pierde de la cuenca o que no está
disponible para otro uso producto de
las actividades humanas (ej. agrope-
cuaria o industrial), contribuyendo a
facilitar el entendimiento de cómo la
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