de una Gerencia Operativa en la Co-
misión de Cuenca (2004), la integra-
ción de los municipios de San Gabriel
y Ejutla a la iniciativa intermunicipal
(2005), la consolidación de la Junta
Intermunicipal de Medio Ambiente
para la Gestión Integral de la Cuenca
Baja del río Ayuquila como organismo
público descentralizado (2007) y la
internacionalización de los programas
locales e intercambios académicos
con diversas instituciones de Canadá,
Estados Unidos de América, Europa y
Asia, a través de la colaboración aca-
démica, solo por mencionar algunos
de estos avances (Martínez-Rivera
et
al
., 2002, 2005; WWF, 2009). Los lo-
gros alcanzados son alentadores; sin
embargo, hoy en día la cuenca Ayu-
quila-Armería todavía enfrenta im-
portantes retos después de 18 años
del derrame de melaza que en 1998
aceleró los procesos de vinculación
social e institucional.
Al 2016, la cuenca Ayuquila sigue pa-
deciendo el desvío excesivo de agua
–que incluso ha modificado el régi-
men del caudal natural y ecológico
en la cuenca– y problemas serios de
contaminación. Los altos niveles de
consumo doméstico de agua, el mal
funcionamiento o la inexistencia de
plantas de tratamientos de aguas re-
siduales municipales o industriales y
la falta de tecnificación del riego son
los principales factores que agudizan
los problemas relacionados con la dis-
ponibilidad y calidad del agua, provo-
cando consecuencias negativas para el
medio ambiente y el ser humano, por
lo que la evaluación de la magnitud
de los efectos de estos factores, a tra-
vés de la Huella Hídrica (HH), podría
brindar información útil para evitar o
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