Treinta Años en la Historia del IMTA Testimonios - page 34

34
Treinta años en la historia del IMTA. Testimonios
Polioptro Martínez Austria
Hicimos cosas en ese mismo campo, como
captaciones de agua de lluvia para comu-
nidades indígenas; hicimos una en Yalen-
tay, en Chiapas, cerca o no sé si exacta-
mente dentro de la zona zapatista. La
última vez que supe de [esa tecnología]
fue a través de un diputado de Chiapas,
que decía que los indígenas sí sabían cómo
hacer las cosas y que habían diseñado eso.
Entonces dije: “Eso está muy bien, porque
quiere decir que ya se están apropiando de
esas tecnologías”.
Programa de Desarrollo Rural Integral del Trópico
Húmedo (Proderith), segunda etapa
El Proderith nació en la CPNH y pasó a constituir una
de las áreas técnicas más importantes cuando se crea
el IMTA. Tuvo nivel de coordinación y fue el anteceden-
te de la Coordinación de Riego y Drenaje, que hasta
ahora se ocupa de la tecnología de las aguas usadas
en la irrigación, en la producción agrícola de México.
Tiempo después, el
Proderith
tuvo su última etapa
en el IMTA.
Manuel Contijoch Escontria
Me tocó en suerte implementar, dentro
del IMTA, una de las recomendaciones del
PNH, que fue el desarrollo del trópico mexi-
cano, y establecimos el famoso Proderith.
Fue un proceso muy complejo, pero que se
convirtió finalmente, después de diez años
de ejecución, en la piedra de toque, en el
ejemplo que utilizó el Banco Mundial para
conseguir el desarrollo rural en muchos paí-
ses, principalmente en el sureste de Asia.
En el Banco ahora se conoce como el Com-
munity Driven Development, o sea, los pro-
yectos que nacen de la comunidad y que
tienen esa capacidad de cambiar las con-
diciones, el medio físico.
En ese tiempo tuvimos dos aportaciones
muy importantes: una con el equipo de la
FAO, el de Santiago Funes, en términos de
entender la comunicación como un proce-
so; y otro muy importante, del señor Erick
Miller, del Tavistock Institute, donde estuvo
Enrique Aguilar después, y que sirvió para
entender cuál es el papel del Estado, y yo
lo comparto, que es preservar la soberanía
del país y mantener su desarrollo a largo
plazo; esa es la función fundamental del
Estado; y esa la convertimos en su ámbito,
en la función del Proderith.
Eso lo logramos en el trópico húmedo, le
cambiamos la vida, en muchos de los pro-
yectos, a mucha de la gente. ¿Por qué? Por-
que atacamos los frenos físicos, los frenos
técnico-productivos y los frenos socioeco-
nómicos; y los problemas de coordinación
que tiene el Estado. Nos forzamos a sentar-
nos a trabajar con los institutos de agricul-
tura, de ganadería, forestales, de medioam-
biente, con los grupos de comunicación;
seguimos las lecciones del Plan. En el Plan,
por ejemplo, nos tocó trabajar con gente de
El Colegio de México, personas eminente-
mente dentro del campo socioeconómico.
Una experiencia importante del Prode-
rith que hay que tomar en cuenta como
una lección, es cómo logramos coordinar
un programa tan complejo con tantas ins-
tituciones. Participaba la gente de grande
irrigación, de pequeña irrigación, la gente
de agricultura, los extensionistas, la Direc-
ción de Extensión Agrícola, los institutos de
investigación agrícola, pecuaria y forestal,
que terminamos fusionándolos en lo que
ahora es el INIFAP. La banca, FIRA y BAN-
RURAL, los gobiernos de los estados, los
presidentes municipales, los comisarios eji-
dales. Una pléyade de actores. Proyectos,
los del Proderith, muy complejos, difíciles.
Enrique Aguilar Amilpa
El Proderith no te digo que murió, pero
realmente enfermó. Murió y no murió, por-
que en lugar de llamarle Desarrollo Rural,
1...,24,25,26,27,28,29,30,31,32,33 35,36,37,38,39,40,41,42,43,44,...110
Powered by FlippingBook