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La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
realizadas, y todos sin excepción contestaron que no había tales
programas o proyectos específicos, también manifestaron no
tener información sobre el fenómeno cambio climático de parte
de las instituciones gubernamentales.
Uno de los entrevistados manifestó la ausencia de programas
o proyectos concretos para atender la emergencia del cambio
climático, además pone sobre la mesa la preocupación del factor
político en el quehacer gubernamental.
No hay programas o proyectos concretos para atender el cambio
climático, acá abajo directo en los problemas uno se desespera
porque la gente sufre, ahora en 2017 los proyectos de siempre
de todas las dependencias se enfocan a las campañas políticas
de 2018, no les preocupa el cambio climático, la gente hace
propuestas pero no son escuchados… la sociedad mientras no
se organice y presione no va a lograr que las instituciones hagan
algo o cambiemos la forma de hacer las cosas
(Testimonio,
entrevistado 26).
El adormecimiento de las instituciones gubernamentales es
letal en el plano micro-regional, en esta escala es donde se
puede y debe actuar en lo concreto para atender la mitigación
y adaptación a las nuevas condiciones climáticas. No parece
inmutar a las estructuras gubernamentales, presentes en la
CRG-LM, los 10 años de alteraciones en el ciclo de lluvia, la
disminución de precipitación que ha provocado sequía durante
tres años continuos (2014 a 2016), la desaparición del caudal
del río Grande de Comitán en su parte alta de febrero a mayo
de 2017, y su desbordamiento en la primer semana de julio de
este mismo año que provocó inundaciones de parcelas agrícolas
en 14 ejidos y 3 centros urbanos ubicados en la cuenca. Esta es
la realidad concreta a nivel local, los discursos en plataformas
internacionales del gobierno mexicano, son palabras huecas de un
gigante con piernas de barro.
