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La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
actualidad sólo mayo es el mes de peligro. Es decir, se reduce en
un mes los meses de alerta y se van a convertir en un mes de
peligro para el manejo del ganado. Esto significa que a mediados
del siglo la actividad ganadera se verá ligeramente afectada, pero
seguirá siendo una actividad productiva. Para finales del siglo,
se proyectó cuál sería el comportamiento del THI y se encontró
que desaparecerían los meses de confort (noviembre a febrero),
convirtiéndose en meses con situación de alerta. La mayoría
del año pasaría de “Alerta” a situación de “Peligro” (García
et al
.,
2005) (figura 31). Esto se traduce en mayor estrés calórico para el
ganado con el agudizamiento de los efectos ya señalados, que se
traducirían en mayores disminuciones en la producción de carne
y leche, y de ganado de cría.
Derivado del análisis anterior, se proyecta que las razas y cruzas
con sangre predominante de ganado europeo (
Bos taurus)
serán
inadecuadas para la ganadería en Tabasco, e irán desapareciendo
de los sistemas productivos a medida que se vayan elevando las
temperaturas promedio diarias. Esto implica que paulatinamente
la producción de leche irá desapareciendo del estado, ya que irán
predominando las razas cebuanas (
Bos indicus
), productoras de
carne y más tolerantes al calor (Muro, 1999). Así, los sistemas
productivos de doble propósito carne-leche tenderán a desaparecer
en Tabasco si ocurre el peor de los escenarios, y la ganadería
del estado se transformaría hasta convertirse en sistema de
producción de carne, como una medida de adaptación para hacer
frente a un ambiente cada vez más caliente.