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Análisis de escenarios de cambio climático para los municipios de
Tabasco que integran la subcuenca Usumacinta
temporal, en tres diferentes ciclos de cultivo (primavera-verano,
otoño-invierno y el marceño). Bajo el peor escenario (RCP8.5),
el ciclo otoño-invierno y el marceño tenderán a desaparecer,
principalmente por las elevadas tasas de desarrollo del maíz,
así como por las altas temperaturas que normalmente ocurren
antes del periodo de lluvias y que afectarán la floración, bajo este
escenario.
En Tabasco, la temperatura alcanza su máximo en el mes de
mayo, de allí que ciclo primavera-verano que inicia en junio
tenga más posibilidades de persistir en el tiempo como cultivo de
autoconsumo. Bajo el escenario más favorable (RCP2.6), todavía se
pueden realizar adaptaciones para que la producción de granos
se vea menos impactada. Una alternativa de adaptación a este
escenario es utilizar híbridos y/o variedades de ciclo más largo o
más tolerantes a altas temperaturas, o efectuar una reconversión
a cultivos más tolerantes al calor, como son las cucurbitáceas
(sandía, melón, pepino, calabaza), las solanáceas (chile, jitomate)
y la caña de azúcar, cultivos que tienen mayor plasticidad para
adaptarse a las altas temperaturas.
Sin embargo, es importante señalar que la investigación local y
la experiencia de los campesinos deben conjuntarse para buscar
salidas técnico-científicas, así como involucrar la parte social
en la transferencia y rescate del conocimiento local. De todo
lo anterior, se desprende que los impactos esperados no son tan
lineales, pues ocurren procesos complejos y en contrasentido.
Pero, en términos generales, aun cuando la eficiencia fotosintética
sea mayor, los ciclos de vida y las tasas de respiración serán los
procesos dominantes, desencadenado una baja en la producción
de alimentos de origen vegetal del orden del 8 al 17 %, si no se
llevan a cabo medidas de adaptación.
