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La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
Introducción
En términos científicos, el cambio climático se refiere a un
conjunto de variaciones y transformaciones del clima, a escala
planetaria y en un periodo de tiempo significativo, que ha
llevado a un sector de la comunidad científica internacional
a validar estos cambios bajo ese concepto: “cambio climático”,
además de advertir de sus posibles manifestaciones en forma
de eventos hidrometeorológicos extremos, entre otras. Sobre sus
causas, se identifican dos posturas encontradas, aunque la que
ha tenido mayor impacto es la que argumenta que el proceso de
variabilidad climática que estamos experimentado actualmente
es consecuencia de actividades antrópicas; es decir, de la quema
de combustibles fósiles, cambios en el uso de suelo, actividades
económicas como la agricultura y la ganadería, y generación de
desechos, lo que ha ocasionado el incremento de las emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI) (IPCC, 2007 y 2013).
Las conjeturas que han derivado acerca de impactos (económicos,
sociales, ambientales y hasta políticos) que el cambio climático
está teniendo y puede traer para la vida en el planeta, en general,
están hechas principalmente desde perspectivas economicistas,
por lo que se entiende como una externalidad negativa, de la que
se debe ocupar la política pública por ser un asunto de interés
público, un problema de la sociedad y, por lo tanto, un desafío
para quienes toman decisiones.
En esta línea, México ha estado abierto a asumir compromisos en
diversos foros internacionales sobre la temática y ha emprendido
acciones decisivas en términos institucionales, legales y de política
pública, siendo el más reciente el derivado de su participación
en los trabajos de la Conferencia de las Partes para el Cambio