Control de inundaciones y sequías mediante el almacenamiento subterráneo: del concepto a la implementación
piloto en la cuenca del río Ganges
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los países en desarrollo ya de por sí abrumados para impulsar su economía, mejorar los estándares
de vida y forjar vías para el desarrollo sustentable (Agrawala y Fankhauser 2008; Patt
et al.,
2010;
World Bank 2010). Las inundaciones y las sequías constituyen el 90 % de los casos de afectaciones
a personas por los llamados desastres ‘naturales’. En promedio, en el periodo de 1980 a 2013,
las inundaciones causaron la muerte de aproximadamente 5,000 personas, afectaron la vida de
52 millones y costaron 16 mil millones de dólares en daños cada año (CRED 2014). Las cifras
correspondientes a las sequías fueron 17,000 muertes, 76 millones de personas afectadas y 3,500
millones de dólares en daños cada año. En términos geográficos, Asia eclipsa a todas las demás
regiones y representa aproximadamente el 95% de todas las personas afectadas por inundaciones
y sequías. Los impactos negativos de los eventos climáticos extremos son más severos para la gente
pobre de los países en desarrollo, que son los más vulnerables y los que más sufren en términos de
pérdida de vidas y formas de subsistencia (ACPC-UNDP 2005).
La manera de abordar la mitigación a los efectos de las inundaciones y las sequías consiste
típicamente en considerar una o más medidas estructurales para almacenar y desviar/transferir agua,
junto con medidas no estructurales que buscan mejorar, mediante información, la capacidad de
advertencia y de respuesta ante tales eventos, así como crear instituciones y una mayor participación
comunitaria (Jha
et al.
2012). En años recientes se ha dado un mayor énfasis a la gestión integrada
de inundaciones, que combina ambos enfoques. En el caso de las inundaciones, las medidas
estructurales, tales como construir presas, bordos, diques y derivaciones, pueden también tener
efectos negativos, incluyendo la transferencia de los problemas de inundación aguas abajo,
impactos ecológicos adversos y elevados costos de inversión y de mantenimiento. Cabe señalar que,
en algunos casos, pueden surgir impactos positivos en los medios de vida debido a inundaciones
que son periódicas y de escala manejable, mediante el depósito de limo cargado de nutrientes en las
zonas de inundación, el lavado de sales y una mayor biodiversidad (Nguyen
et al.
2007).
Optimizar el almacenamiento de agua, tanto en superficie como en el subsuelo ayuda a mitigar
ambos tipos de extremos hidrológicos: las sequías y las inundaciones. Las grandes presas son
benéficas, pero también son costosas y sumamente controversiales desde varias perspectivas. Las
grandes presas causan crecimiento económico, pero este crecimiento puede ser muy inequitativo y
no llegar necesariamente a las comunidades más pobres (Ansar
et al.
2014). La inundación de valles
ocasiona la translocación de los asentamientos humanos afectados, y la modificación de los cauces
fluviales puede tener efectos negativos en la ecología ribereña. No hay duda de que las presas tienen
