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Estudio ecosistémico del lago de Pátzcuaro
Introducción
Los ríos y sus cuencas de drenaje constituyen
el motor biológico del planeta. Son la base de
la vida en la Tierra y el medio de subsistencia
de miles de comunidades humanas en diferen-
tes regiones, especialmente en las zonas ári-
das, semiáridas y tropicales del planeta (Toledo
2006). En México la mayor parte de los recur-
sos hídricos epicontinentales se localizan en
ríos (68.2%), seguida en importancia por pre-
sas (17.8%), acuíferos (11.7%), lagos y lagunas
(2.3%) (Arriaga
et al.,
2000 citado en Carabias
et
al.
2005). Muchos de estos ecosistemas están fí-
sica y biológicamente conectados o articulados
por el flujo del agua y por el movimiento de las
especies, y constituyen una pieza clave para el
mantenimiento del ambiente acuático y el bien-
estar de las comunidades humanas (Carabias
et
al. Op cit
.). Los recursos hídricos que se ubican
en cuencas y acuíferos de los ecosistemas son
la base de la sociedad, tanto para satisfacer la
necesidad básica de consumo y limpieza, como
para las actividades económicas. El potencial de
agua naturalmente disponible en el país es de
476 km³. En el año 2000, con una población de
97.5 millones de habitantes, la disponibilidad
natural media por habitante se calculaba en
4,771m³ anuales (CONAGUA 2008) y para el año
2010 se estimó en 4,422m³ anuales (CONAGUA
2011a). Esta cifra coloca a México como un país
de baja disponibilidad natural de agua, lo cual
resulta preocupante. En 1950, la disponibilidad
natural era de 18,035m³, considerada alta; sin
embargo, se estima que para el año 2025, con
el aumento de la población y el deterioro de los
cuerpos de agua, seguirá descendiendo hasta
3,869 m
3
/hab/año (CONAGUA 2011a).
La disponibilidad natural promedio de agua en el
país es un indicador útil pero esto no refleja la
realidad si se toman en cuenta la distribución de
la población, la actividad económica y las tasas
de crecimiento por regiones, resulta que el agua
es un factor limitante en ellas donde se concen-
tra la actividad económica y la mayoría de la po-
blación. En el centro, norte y noroeste del país
(más del 80% del territorio), donde se presenta
tan solo el 28% del escurrimiento nacional, se
concentra la mayor parte de la población (77%)
y la actividad económica representa 84% del
producto interno bruto (PIB), la disponibilidad
de agua alcanza los 1,897 m³/hab/año (Jacobo
et al.
2004). En contraste, en el sureste (menos
de 20% del territorio nacional) se cuenta con
el escurrimiento porcentual más alto: 69%; sin
embargo, aquí se asienta únicamente 23% de la