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Análisis ecológico y poblacional de la especie
Cambarellus patzcuarensis
del Lago de Pátzcuaro
cultivo comparados con otras especies de crus-
táceos decápodos, lo que ofrece ventajas para el
cultivo en sistemas semi e intensivo.
Ecología y aspectos
taxonómicos
Los acociles juegan un papel fundamental en los
procesos ecológicos de los cuerpos de agua dulce
lénticos y lóticos, ya que contribuyen a mante-
ner un equilibrio en la cadena alimentaria, donde
forman parte de la dieta de anfibios, aves y peces,
con una función muy importante en los proce-
sos de degradación y reciclamiento de la materia
orgánica dentro del sistema (Rodríguez-Serna,
1999). Los hábitats de estos organismos están
hasta cierto punto en peligro, por lo que Crandall
y Buhay (2008) sugieren, que en los esfuerzos de
conservación se centre la atención en ellos como
elementos claves de ecosistemas acuáticos de
agua dulce. Como un ejemplo de su importan-
cia ecológica estos organismos son hospederos
de protozoos suctores, en el caso particular de
Cambarellus patzcuarensis
se asocian los ciliados
Podophrya sandy, Acineta tuberosa y Tokophrya
cuadripartita
(Mayen y Aladro, 1998).
En los cuerpos de agua continentales de nuestro
país, la familia Cambaridae está representada
hasta el momento por 50 especies, 39 del géne-
ro
Procambarus,
una de
Orconectes,
y 10 de
Cam-
barellus
(Villalobos et al., 1993; Rodríguez-Serna,
2000).
El origen biogeográfico de
Cambarellus
es de la región Neártica, aunque actualmente
ha invadido, o lo han translocado pescadores
o acuariofílicos a ríos y pequeños lagos que se
encuentran en zonas que pertenecieron a la Re-
gión Neotropical.
La presencia de este grupo en México data apro-
ximadamente del Mioceno, cuando formas an-
cestrales de Cambáridos migraron hacia el sur
provenientes del sudeste de los Estados Unidos
(Hobbs, 1984). El aislamiento posterior que su-
frieron dichas especies, debido a la elevación de
la meseta central y del eje neovolcánico, favo-
reció los procesos de especiación, que dieron
origen a la riqueza específica de esta familia y
a la formación de complejos de especies, que
han sido estudiadas en forma discontinua desde
1955, con la publicación de la monografía “Cam-
báridos de la Fauna Mexicana” elaborada por el
Dr. Villalobos-Figueroa.
Específicamente en el sur y sudeste mexicano se
ha detectado la existencia de variaciones mor-
fológicas en varias especies relacionadas con su
distribución geográfica, cosa que con anteriori-
dad no se había registrado, debido a que éstas y
otras formas de acociles, solo habían sido men-
cionadas para la localidad Tipo. Un ejemplo, son
las varias formas estrechamente relacionadas
para
Cambarellus montezumae
(Saussure), que
desde 1943 había sido citado para la cuenca de
México; sin embargo, se han encontrado orga-
nismos de esta especie, en diferentes muestreos
en estados vecinos como Querétaro, Tlaxcala,
Puebla y el Río Lerma hasta alcanzar el lago
de Chapala en Jalisco (Villalobos-Hiriart et al.,
1993
).
Reproducción
Dentro de las estrategias reproductivas que los
acociles han desarrollado para asegurar la per-
manencia del grupo en condiciones adversas de
temperatura y desecación, se encuentra el di-
morfismo cíclico que presenta el macho (cam-
bio de la forma I a la forma II) y el desarrollo
larvario abreviado de la hembra. Estas estrate-
gias pueden considerarse como el punto clave
en el éxito que ha tenido este grupo en la coloni-
zación de los ambientes dulceacuícolas (Hobbs,
1991).
El ciclo vital de los Cambáridos se caracteriza
por dicho dimorfismo cíclico en machos, que
está asociado al ciclo reproductivo, el cual es es-
tacional, estos presentan dos formas alternan-