336
La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
que se dan dentro del proceso de globalización económica, como
a las variaciones climáticas (Conde
et al
., 2002). Frente a esta
problemática, el gobierno mexicano ha buscado incorporar este
fenómeno en los esquemas de planificación del país, sin que
ello se haya concretado en estrategias y acciones orientadas a
mitigar el impacto del escenario del calentamiento global en los
ecosistemas, la vida social y, en particular, la actividad agrícola.
En este contexto resulta pertinente analizar las capacidades
adaptativas de las comunidades rurales, es decir, “la capacidad
de un sistema para ajustarse al cambio climático (incluida
la variabilidad climática y los eventos extremos), moderar
los daños potenciales, tomar ventaja de las oportunidades y
enfrentar las consecuencias” (Magrin, 2015:5). Consideramos que
tales capacidades son parte de la resiliencia tanto social como
ecológica, y que se desprenden de las experiencias locales de uso,
apropiación y manejo de recursos naturales, las cuales incluyen
el diseño de prácticas y estrategias productivas.
Desde esta óptica es pertinente preguntarnos, ¿en qué medida
las experiencias de las comunidades locales, en su relación
con el medio ambiente, contribuyen a generar estrategias de
adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático?
Para dar respuesta a esta interrogante, en este trabajo abordamos
analíticamente las transformaciones ambientales y los sistemas
productivos que resultaron de los procesos de ocupación agraria
en el área aledaña al Parque Nacional Lagunas de Montebello,
que hidrológicamente se conoce como la subcuenca Montebello-
Pojom, en la parte alta de la cuenca del río Usumacinta en su
porción correspondiente al territorio mexicano.
El argumento que guía este análisis es que la experiencia de
las comunidades locales en la apropiación del medio ambiente