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La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
se puede observar migración a escalas local, estatal y externa.
La población se mueve de las comunidades de las rancherías a
la cabecera municipal. Con trabajo de albañiles, salen buscando
mejores condiciones de vida. De Emiliano Zapata han emigrado
a la Ciudad de México, a Chihuahua, a Baja California, a toda
la república mexicana y a los Estados Unidos. Los testimonios
del sector institucional federal sobre este asunto señalaron que
fue una sequía extrema en el año 2010 lo que generó mucha
muerte de ganado; expulsó gente, a pesar de que se llevó a cabo
un programa de pozos para ganaderos –abrevadero ganado–,
instalando cincuenta de ellos.
Como acciones de adaptación al cambio climático, los diversos
actores entrevistados respondieron que han tenido que ir
implementando algunos cambios en sus respectivos procesos
productivos, sobre todo en la agricultura.
Los productores han tenido que cambiar los cultivos y adaptar
los ciclos de siembra. Hoy en día, con el clima extremo, más frío
y más calor, ya casi no se siembra sandía porque el frío más fuerte
le afecta. Los campesinos estaban acostumbrados a las fuertes
lluvias y con ello a grandes cantidades de agua.
Por la escasez de agua, la agricultura ha variado muchísimo.
En esta región se sembraban aproximadamente 1 000 hectáreas
de sandía; hoy hay muy poca por la falta de agua. Hoy se está
sembrando frijol, maíz, sorgo, todo en las márgenes del río por las
comunidades. Personas a las que les iba bien, de repente rentaron
la tierra, perdieron y tuvieron que irse.
Se han cambiado las fechas de siembra porque ya no se sabe
cuándo va a llover. Los campesinos estaban preparados con sus
semillas, porque sabían cuándo iba a llover; ahora no es tan
previsible.