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La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
agua y poco sol, esto afecta la cantidad de pasto. Con el mismo
número de animales y menos pastos, se tienen que comprar
pacas de pastos para alimentarlos, lo que aumenta sus costos. Sin
embargo, en donde ellos perciben los mayores impactos por el
cambio climático es en el estrés que el calor excesivo provoca en
los animales.
Cuando hay sequía, aumenta mucho la producción de la
garrapata, y tenemos que atacar este parásito. Esto nos afecta
económicamente, pues necesitamos invertir en productos
farmacéuticos y químicos que aumentan los costos de producción,
disminuyendo las ganancias.
Por su parte, los pescadores también perciben que el cambio
climático ha afectado la pesca. Han observado que desde hace
ocho o diez años, en algunas partes el río ha bajado su caudal
en comunidades aledañas: Tenosique, Vicente Guerrero y Tierra
Blanca. Han visto más sequedad que el año anterior. Dicen
que hay poco pescado, a pesar de que se ha sembrado (especie
tilapia). Las lagunas también están bajas, señalan. En opinión de
la maestra de nivel primaria, en la pesca el cambio climático
les está afectando, pues así lo manifiestan sus alumnos cuyos
padres son primordialmente pescadores. Los comentarios en la
comunidad son que no pescan las cantidades de antes.
En esta época, donde ponían sus redes, ahí capturaban; ahora
es muy poca la pesca. Si no hay ingresos por el pescado afecta
la agricultura, no pueden comprar gasolina; es una cadena que
perjudica en todo.
La maestra también considera que los cambios en el clima afectan
la salud de los niños, porque cuando hay cambios bruscos en
la temperatura, de pasar de muy soleado a lluvia, los alumnos
amanecen con gripa. Otra señora de la comunidad entrevistada
(encargada de una tienda de Liconsa), coincidió que con los
