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La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
municipio, a decir por la información proporcionada por las
personas entrevistadas que nos hablaron de la casi inexistencia
de programas de apoyo a las actividades productivas, más allá
de apoyos reactivos limitados ante pérdidas derivadas de ciertos
fenómenos hidrometeorológicos, no se observa una estructura de
oportunidades fuerte para movilizar los activos presentes en la
zona. Es la misma sociedad quien tiene una estructura limitada,
con la cual genera sus propias oportunidades y que se ve
favorecida por las características propias del medio –abundancia
relativa de agua y otros recursos, como los pesqueros– que les
permiten, por ejemplo, diversificar sus actividades productivas
con las que se aseguran el sustento. Así, un mismo productor
siembra buscando cubrir, por lo menos, su consumo familiar;
pesca un poco y mantiene un animal, en el mismo sentido.
Esta estructura parece endeble y tal vez, más que social, apenas
sea de carácter familiar e individual, lo que la hace aún más
vulnerable a cualquier estímulo negativo externo, como lo
podrían ser el aumento de las variaciones climáticas en la zona.
Los activos presentes en la zona de estudio, que en el apartado de
la caracterización socioeconómica mostraron ya un cierto grado
de vulnerabilidad, podrían verse seriamente trastocados ante la
tardanza en la actuación del sector gubernamental, en el sentido
de diseñar estrategias adecuadas y efectivas de adaptación al
cambio climático.
Se encontró que, ante los cambios en la precipitación y
temperatura, la gente ha reaccionado de diversas formas, pero
siempre evitando que las pérdidas sean excesivas; es decir,
que comprometan seriamente su situación familiar. Algunas
de ellas podrán interpretarse como estrategias de adaptación
ante el cambio climático. Sin embargo, no parecen existir los
conocimientos técnicos suficientes ni las capacidades económicas,
