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Una forma de asegurar o “forzar” el flujo del
agua del valle hacia la cresta (de la parte “baja” a
la parte “alta” del terreno), es que la Línea Clave
no siga fielmente la curva de nivel que pasa
por el punto clave y seleccionada como línea
guía, sino que hay que subirse un poco en el
centro del valle y bajarse un poco a medida que
la curva de nivel se extiende hacia los costados
del valle. Se le puede dar una pendiente muy
suave, de 0.25 a 0.33% (caída de 1:400 a
1:300), y hacer el surcado paralelo a esta línea
“ajustada”, garantizando así un flujo lento del
agua que, por un lado, evita encharcamientos,
rotura de bordos de los surcos y problemas de
erosión, mientras que por el otro permite que
el agua se infiltre en el suelo, logrando mayor
humedad en el terreno.
Para llevar a cabo esto en la práctica, se parte del
estacado de la curva de nivel seleccionada como
Línea Clave o línea guía; se mide en el terreno la
distancia en la que hay que moverse hacia arriba
de la curva en el centro del valle y se clavan
estacas, al lado del estacado original, marcando
la nueva línea guía: la línea “forzada”. Se tendrá
uno o varios puntos en que las estacas originales
permanecen y luego vendrán puntos en que el
estacado nuevo irá ahora, poco a poco, un tanto
por debajo de la línea guía original. La fotografía 3
permite ver este caso en una aplicación en campo.
Fotografía 3. “Forzado” de línea clave para asegurar el flujo deseado del agua.