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indeseable, pues se envía el agua hacia la parte
más baja del terreno y ahí se puede concentrar
como flujo y causar erosión.
Este ejemplo sirve también para enfatizar la
importancia de la correcta identificación de la
Línea Clave. Si alguien dijera que la línea clave es
la cota de 2 m y hace el surcado tomando como
base dicha línea, los resultados serían desastrosos.
Otra enseñanza del ejemplo mostrado en la figura
6 es que el surcado con el método de la Línea
Clave supera el surcado a curvas a nivel o surcado
en contorno. En el surcado a curvas de nivel, es
común elegir una línea guía en la parte alta del
predio y luego otra en la parte baja, y realizar el
surcado del predio siguiendo en una parte una
curva de nivel y en otra parte, otra. Lo que muchas
veces ocurre, debido a que las curvas de nivel
generalmente no son paralelas, es que el surcado a
“curva de nivel” pronto deja de ser surcado a nivel
y puede generar problemas de encharcamientos de
áreas del predio o rotura de surcos, ocasionando
incluso la formación de pequeñas cárcavas dentro
de la parcela. Es decir, si no se tiene cuidado y
experiencia, el surcado en curvas a nivel puede
generar más problemas de los que resuelve.
Esto por supuesto que también aplica al surcado
con el método de la Línea Clave. Si no se identifica
correctamente el punto y Línea Clave, es probable
que en lugar de ayudar al productor a captar y
almacenar agua en su parcela, se le provoquen
problemas de erosión hídrica; una complicación
que en teoría se resuelve con el DHT del terreno y
el método de la Línea Clave.
Figura 6. Surcado en línea clave (arriba) y en curvas a nivel (abajo).
