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La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
desbordamientos en Balancán-Tenosique en Tabasco. Estos eventos
con sus respectivos desastres, han demostrado que no hay una
política pública integral que considere la conservación de suelos,
del agua y de la cubierta vegetal que son los tres elementos básicos
a considerarse para planificar los asentamientos y las políticas de
desarrollo (García y Kaufer, 2009).
Un poco de historia
En la aparición de pobladores humanos en la región hay un
trasfondo histórico de presencia indígena con antecedentes que
datan de aproximadamente tres mil años. Los grupos humanos
impulsaron paulatinamente el desarrollo de diversas culturas,
entre las que destaca la Olmeca en la región de Tabasco y cuyo
florecimiento se dio en La Venta hacia el año 800 a.c. para luego
desaparecer 300 años más tarde. En el proceso de nacimiento-
crecimiento-desaparición de diversos pueblos de la región, la
cultura Maya vino a desenvolverse fuertemente. Floreció hacia el
año 300 de nuestra era, con una población numerosa asentada
en abundantes poblaciones dispersas, muchas de ellas rodeando
importantes centros ceremoniales de los que destacan en la
región Palenque y Bonampak como muestra de su grandeza. La
significativa presencia indígena y que se ha mantenido hasta
nuestros días a pesar de siglos de colonización española y de
la presión de otros grupos sociales del México independiente,
muestra la enorme fuerza de este pasado luminoso. En la
actualidad conviven y compiten en la región diversos grupos
étnicos entre los que destacan el chontal, ch’ol, tzeltal, tojolabal,
zapoteco, maya, maya lacandón, náhuatl y zoque, sin contar a
los numerosos grupos étnicos guatemaltecos. El brillo cultural
de estos pueblos que pervive en sus coloridas vestimentas y sus
dulces lenguas y dialectos, contrasta con la dura sobrevivencia
del día a día a la que se ven impelidos y de las marcas que van