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Introducción
Las descargas de emisiones de gases efecto invernadero no se
encuentran contabilizadas por cuenca hidrográfica en Chiapas,
Tabasco y en el plano nacional; esto es un error para la
planeación e intervención de medidas tendientes a la mitigación
y adaptación ante el fenómeno de cambio climático porque el
trinomio a preservar es tierra, agua y vegetación. Los impactos
del calentamiento global como ciclos irregulares de lluvia que
provocan sequías e inundaciones, incremento de temperaturas,
presencia de plagas y enfermedades en actividades agropecuarias,
forestales y pesca, se perciben y son asumidos en una escala de
subcuenca y micro-cuenca por parte de la población local.
Podemos asumir entonces que las tendencias presentadas en
datos estatales sobre descargas de gases efecto invernadero
se corresponden de igual manera para la cuenca Usumacinta,
principalmente en el rubro de uso del suelo, cambio de uso de
suelo y silvicultura; analizando las cifras oficiales de descargas
de gases efecto invernadero en las dos entidades mexicanas que
comparten territorio del lado mexicano en la cuenca Usumacinta,
es decir, Chiapas y Tabasco tenemos lo siguiente:
El gobierno del estado de Chiapas a través de la Secretaría de Medio
Ambiente e Historia Natural -Semahn- (2011), en el Programa de
Acción ante el Cambio Climático del Estado de Chiapas -Paccch-,
menciona que el estado descargó en 2005 un total de 28 161.08
Gg de CO
2
e (bióxido de carbono equivalente), es decir 28 161
080 toneladas de CO
2
e (Paccch, 2011:54). Desglosando las cifras
se menciona que en primer lugar se encuentra el uso del suelo,
cambio de uso de suelo y silvicultura con 57% (16 182.08 Gg
de CO
2
e); en segundo término están la emisiones del sector
agropecuario (agricultura y ganadería) con el 19% (5 392.28 Gg
de CO
2
e), aquí se incluye la fermentación entérica (digestión del
ganado) como una fuente importante de emisiones de metano