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A
vances
en
la
hidráulica
de
redes
de
distribución
de
agua
potable
ten aspectos muy difíciles de cuantificar y que, pueden tener una enorme influencia en la
adopción de la estrategia final, éstos son los costos políticos y sociales que pueden derivarse
de no enfrentar el problema a la brevedad.
Finalmente, estamos hablando de trabajos por desarrollarse en calles de ciudades, que afec-
tarán a la gente, generalmente en las zonas más céntricas y antiguas, el sentido común juega
un papel definitivo (Male
et al
. 1990). Con independencia de los criterios presentados es bien
claro que, en igualdad de condiciones, hay que tener muy presente para cada tubería objeto
de análisis, su radio de influencia y la importancia en el conjunto de la red a la hora de ser
jerarquizada en la rehabilitación y/o renovación. También el tratar de aprovechar obras en
otras infraestructuras (pavimentación de calles, renovación de alcantarillados etc.) puede
alterar un orden establecido por criterios estrictamente económicos.
Si en México se llegan a aplicar con rigor, y de manera simultánea, los tres criterios que
deben presidir toda rehabilitación/renovación de la red son:
• las pérdidas de agua de la tubería que por su magnitud ya nos han hecho recurrir
a medidas como interrumpir temporalmente el servicio del todo reprobable por su
carácter insalubre, dados los problemas de calidad de agua que entrañan, por ser im-
prudentes, dadas las roturas que generan, y por las incomodidades a las que someten
a sus usuarios
• por los problemas de calidad del agua
• y, sobre todo, los insuficientes rendimientos hidráulicos de las redes.
Los kilómetros de tubería de abastecimientos de agua que deberán ser rehabilitados o re-
emplazados en los próximos años será realmente imponente y no estaría de más que se
promovieran estudios como los que se han hecho en los EE.UU., Alemania e Inglaterra.
Lógicamente y con anterioridad habría que remarcar los estándares de servicio y establecer
mecanismos de control hoy del todo inexistentes.
Una nueva sequía pondrá de manifiesto, una vez más, de una parte cuán obsoletas e insu-
ficientes son nuestras redes de distribución de agua en las ciudades, y de otra los niveles
de pérdidas inaceptables que vienen registrando que obligan, como único mecanismo de
ahorro de agua válido, a interrumpir temporalmente el servicio o lo que es peor incrementar
los niveles de producción. Esta situación tarde o temprano, va a llegar y, con independencia
de actuaciones notables y puntuales que siempre se van a llevar a cabo en determinados
sistemas, va a dar la máxima relevancia a las cuestiones que aquí se han planteado que
tienen una enorme importancia.
Finalmente es importante mencionar que los primeros pasos se han dado con la elaboración
de este trabajo, a través de él la Comisión Nacional del Agua ha iniciado un proceso de
diagnóstico que deberá ser complementado con acciones específicas de las autoridades a