Índice de Vulnerabilidad Social
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Resumen
El cambio climático es uno de los aspectos ambientales que mayor eco social ha alcanzado en los últimos años debido a sus posibles consecuencias, las que, en
muchas ocasiones, han adquirido peligrosos tintes de irreversibilidad. Los efectos del cambio climático son potencialmente más significativos para la población
pobre en los países en vías de desarrollo que para los habitantes de las naciones desarrolladas por su mayor sensibilidad a la exposición de variables climáticas y
a su menor capacidad de resiliencia.
En este contexto, evaluar la vulnerabilidad de los grupos sociales frente al cambio climático cobra especial relevancia por permitir identificar e implementar medidas
orientadas a promover procesos de adaptación y mitigación, reduciendo así las consecuencias negativas del cambio climático en los procesos de desarrollo.
Aproximarse al abordaje del cambio climático desde el referente de la vulnerabilidad social hace posible entender y explicar las causas y síntomas de las consecuencias
sociales de los desastres. Asimismo, el concepto “vulnerabilidad” tiene un relevante valor político por constituir una base operativa para el diseño de políticas sociales
y de cambio climático.
En esta contribución se actualiza el Índice de Vulnerabilidad Social (IVS) que integró el
Atlas de vulnerabilidad hídrica en México ante el cambio climático
, publicado
en 2010. Los cambios con relación a la versión original tienen que ver con la actualización de la base de datos y la modificación de la ponderación de las variables
que la conforman. Es importante resaltar que el IVS construido puede tener diferencias importantes con las regiones hidrológicamente más vulnerables, dado que
una región hidrológicamente vulnerable no necesariamente es una región socialmente vulnerable. Los factores físicos y ambientales presentan vulnerabilidades
distintas a las socialmente observadas.
Con el IVS se puede conocer rápida y gráficamente el grado de vulnerabilidad social de los 2,456 municipios del país. Con esta herramienta, los tomadores de
decisión en materia de políticas públicas pueden identificar las necesidades prioritarias de las regiones vulnerables e implementar políticas sociales que promuevan
procesos de adaptación y mitigación entre la población afectada, reduciendo así las consecuencias negativas del cambio climático en los procesos de desarrollo.
Introducción
Hace dos décadas, el tema del cambio climático estaba circunscrito a discusiones
entre especialistas de las ciencias atmosféricas y a la elaboración de modelos
climáticos. En la actualidad, el tema se ha vuelto prioritario para la agenda de
desarrollo internacional y es punto de debate entre diferentes sectores sociales.
El motivo radica en que el cambio climático se ha convertido en la amenaza más
grave para el desarrollo sostenible y pondrá en peligro el cumplimiento de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), si no tenemos éxito al enfrentarlo. Tal
y como lo plantea el
Informe sobre desarrollo humano 2007-2008
del Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD):
Las medidas que tomemos hoy con respecto al cambio climático
tendrán consecuencias que perdurarán por un siglo o más. Es
imposible revertir en un futuro previsible la parte de este cambio
causada por las emisiones de gases de efecto invernadero. Los
gases que retienen el calor y que enviemos a la atmósfera en
2008 permanecerán allí hasta 2108 y más. Por lo tanto, lo que
decidamos hacer hoy no sólo afectará nuestra propia vida, sino
aún más la vida de nuestros hijos y nietos. Esto es lo que hace
del cambio climático un desafío distinto y más difícil que otros
desafíos en el campo de las políticas públicas (PNUD, 2007:5).
El cambio climático amenaza el cumplimiento no sólo de los ODM, sino que puede
paralizar, e incluso revertir, los avances conseguidos en términos de reducción
de pobreza, derechos humanos, educación, salud e infraestructura, entre otros
ámbitos. Gran parte de la amenaza del cambio climático radica en la afectación
del ciclo hidrológico y los regímenes de lluvias, intensidad y frecuencia de eventos
extremos y sequías cada vez más graves, entre otros fenómenos. Todo ello
impacta directamente a las poblaciones humanas, amenazando sus medios de
sustento, salud, seguridad e incrementando su vulnerabilidad (PNUD, 2008).
El cambio climático pone de manifiesto los distintos grados de vulnerabilidad social
existentes en el mundo, pues son los países que producen menor cantidad de
emisiones los que podrían ver sus sistemas naturales y humanos más severamente
afectados debido a que sus medios de sustento son altamente dependientes de
los recursos naturales, tienen altos grados de marginación y son más vulnerables
al hambre y a la pobreza, entre otros factores (PNUD, 2008).
De acuerdo con el Instituto de Recursos Mundiales (2006), más de 1,300 millones
de personas dependen de la agricultura, la pesca y los bosques para su trabajo y
supervivencia. Para estas personas, el cambio climático supone una amenaza que
se añade a los riesgos que ya enfrentan cotidianamente, interactuando con ellos
e incrementando sus efectos. Por lo tanto, el cambio climático puede representar
un serio obstáculo para la erradicación de la pobreza, pudiendo llegar a aumentar
la brecha existente entre países desarrollados y en desarrollo.
Por esta razón, el análisis de la vulnerabilidad social debe ser tomado en cuenta
como un factor clave que actúa en la conformación del riesgo ante posibles
desastres, a través de la promoción o debilitamiento de la resiliencia y la
adaptación social. La “vulnerabilidad social” es un concepto central para predecir
y entender la existencia de impactos diferenciados en los distintos grupos de una