Estudio ecosistémico del lago de Pátzcuaro. Aportes en gestión ambiental para el fomento del desarrollo sustentable. Vol. II - page 56

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Estudio ecosistémico del lago de Pátzcuaro
tendimiento fluvio-geomorfológico de los ríos
(Rivera
et al.
2005).
El Lago de Pátzcuaro, localizado en el Estado de
Michoacán a 2,035 m s.n.m. es uno de los cuer-
pos de agua de mayor importancia en México.
Su localización geográfica, su fauna ictiológica
nativa y la presencia de asentamientos humanos
Purépechas en sus riberas desde hace más de 30
siglos lo identifican como un patrimonio nacio-
nal de valor histórico, ecológico, social y cultural
(Chacón 1993). El desarrollo del presente trabajo
se enmarca dentro del Programa de Recupera-
ción Ambiental de la Cuenca del Lago de Pátz-
cuaro, conducido por el Instituto Mexicano de
Tecnología del Agua. La presente contribución se
desarrolló con el objetivo de contribuir al conoci-
miento de la carga de sedimentos en suspensión
que llegan al lago a través del dren Tzurumútaro
en el estado de Michoacán. Dicho dren es una co-
rriente perenne, que por el gasto que tiene y por
las actividades agrícolas que se desarrollan den-
tro de la subcuenca, lo convierte en la corriente
más importante por el aporte de sedimentos de-
rivadas de las extensas prácticas agrícolas y de
los escurrimientos superficiales. Los resultados
obtenidos del presente trabajo pretenden contri-
buir a la planeación e implementación de alter-
nativas para mejorar las condiciones actuales en
las que se encuentra la subcuenca y entre las que
destacan obras de conservación de suelo para re-
ducir el impacto ambiental y disminuir la carga
de sedimentos, la erosión del suelo, y mejorar la
calidad del agua, que son elementos importantes
para la conservación del lago y de las especies de
flora y fauna nativa.
Marco teórico
y antecedentes
Desafortunadamente, todos los ríos y cauces
perennes e intermitentes del mundo no aportan
únicamente agua sino que también transportan
sedimentos, es decir, materiales que han sido
erosionados aguas arriba en su cuenca o cauce y
por ello, puede afirmarse que todo embalse na-
tural o artificial grande o pequeño, para abaste-
cimiento de agua o para control de crecientes,
estará sujeto a un cierto grado de acumulación
de sedimentos, de manera que aunque el pro-
ceso tome mucho tiempo, todo embalse llegará
a ser llenado por los sedimentos, cuando no se
adopten medidas para preservar su funciona-
miento (Campos 2007). Monsalve (1999) señala
que la discusión sobre la determinación o cál-
culo de sedimentos en corrientes de agua sigue
siendo un tema abierto a la investigación, pues
existe variabilidad en la predicción de los distin-
tos modelos. No obstante ello, se admite una
estrecha relación con el caudal o flujo que se
presente en el cauce. De hecho lo recomenda-
do por este y otros autores (Brooks
et al
. 1991,
Ward y Trimble 2004 y Wanielista
et al.
1997) es
tener las medidas observadas de caudal y de se-
dimentos a distintas alturas del cauce.
Para medir carga en suspensión Hudson (1997)
y Monsalve (1999) sugieren muestrear cinco
porciones a lo ancho del cauce, adquiriendo
alícuotas homogéneas de todo lo profundo del
mismo con un dispositivo estándar denomina-
do “muestreador integrado de profundidad”.
Alternativamente plantean entre otras múl-
tiples posibilidades, la de obtener mediante
una torre las muestras de las 5 porciones de la
sección transversal, lo cual posibilita un reco-
nocimiento del movimiento de sedimentos en
las tres dimensiones del cauce. Por otro lado,
y entre otros métodos para estimar la
carga de
fondo,
dichos autores sugieren una estimación
empírica de la concentración del sedimento en
suspensión (en partes por millón por ejemplo) a
partir del modelo de Einstein (1950, citado por
Monsalve 1999), que considera el material del
lecho del cauce y la textura de los elementos en
suspensión.
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