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La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
las medidas de adaptación planteadas. También, se discutió la
necesidad de repensar las actitudes de paternalismo a las que
está acostumbrado un amplio sector de la población, que reciben
fondos económicos de ayuda para desastres, en vez de buscar
estrategias de autogestión y de prevención a largo plazo. Ante
esto, se propusieron mecanismos de gestión compartida para que
los diferentes sectores de la sociedad participen más activamente
en lo individual y lo colectivo. Se requiere, de igual manera,
brindar mayor capacitación a la población sobre los temas
de CC y los posibles impactos sobre la vida cotidiana. Estos
temas pueden ser cubiertos por la educación formal del sector
educativo, comprendiendo las escuelas de nivel básico. De manera
complementaria, se pueden diseñar programas de educación no
formal y capacitaciones para otros ámbitos.
El aporte medular de la presente propuesta metodológica es la
inclusión social en la planificación. Este planteamiento permitió
recuperar el conocimiento local sobre el área de estudio e incluir
la percepción social sobre la problemática climática, así como
involucrar a la gente en los procesos de gestión. Durante el taller,
los participantes solicitaron retroalimentación, pues hicieron la
solicitud de conocer los resultados de sus aportes en el diseño de las
estrategias. Esta apropiación social del proceso es lo que distingue
al proyecto de esfuerzos previos con el enfoque “desde arriba”,
pues de esta forma se favorecen los procesos de planificación
de mediano y largo plazos. Además, los planteamientos desde la
sociedad civil pueden ofrecer ejercicios innovadores de gestión,
por lo que es importante conocerlos y compartirlos con los
actores que enfrentan problemáticas similares en el estado y en
el resto del país. Una sociedad bien informada y organizada será
una sociedad que pueda anticipar y actuar de mejor manera ante
los posibles efectos negativos del cambio climático.
