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La cuenca del río Usumacinta
desde la perspectiva del cambio climático
para abatir las emisiones de metano. Sin embargo, las actuales
tendencias de cambio de uso del suelo, sobreexplotación de recursos
silvestres, alteraciones por el sector energético, contaminación,
crecimiento y dispersión de la población, expansión de la frontera
agropecuaria, falta de gobernanza y el cambio climático pueden
conducir a la degradación social, económica y política del área
(De la Maza y Carabias, 2011).
Los estudios de evaluación del impacto del clima en los caudales
ecológicos y ambientales son importantes para la conservación
de las especies y la evaluación de la función y capacidad de
recuperación de los ecosistemas acuáticos, así como para
el bienestar de las personas que dependen de los ríos. Por lo
tanto, es necesario determinar la cantidad y frecuencia de los
regímenes de flujo en los ríos. La ventaja de la determinación de
los caudales ambientales y ecológicos es que los tomadores de
decisiones pueden saber cuánto del flujo puede ser usado para los
propósitos de la población y cuántos cambios se han introducido
en los patrones de flujo de los ríos por el consumo humano o el
cambio climático (Boulton, 1999; King
et al
., 2000; Brown & King,
2003b; Capilla
et al
., 1997).
La adaptación al cambio climático requiere de la determinación
del régimen de caudales en los ríos, como: cambio en el consumo
de agua para compensar las tasas de precipitación, traslado
de industrias a regiones de mayor humedad o cambio en la
morfología de las ciudades para compensar las inundaciones. Los
caudales ecológicos (caudal extremo bajo, caudal bajo, caudales
altos, pulsos de caudal alto, pequeñas inundaciones y grandes
inundaciones) proporcionan la información a fin de establecer las
propuestas y estrategias para el manejo racional de los recursos
acuáticos y la valoración del efecto del cambio climático en los
ríos entre los periodos de preimpacto y postimpacto.