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Ocurrencia diaria de temperaturas mayores e iguales a 35 °C en los
municipios de Tabasco, que integran la cuenca baja del río Usumacinta
óptimo, se reducen los rendimientos y disminuye la calidad de
los cereales (Maestri
et al
., 2002).
El calentamiento global, a mediados y finales del presente siglo,
traerá cambios a escala regional en los patrones de temperatura
que tendrán consecuencias importantes en la producción de
biomasa. Así, temperaturas más elevadas implican un acortamiento
en el ciclo de vida y duración de las etapas fenológicas del maíz,
con la consecuente perturbación en el proceso de acumulación
de biomasa y reducción en los rendimientos (Jones y Thornton,
2003; Cairns
et al
., 2012).
Se reporta que un incremento de tan sólo 2 °C implica una
reducción en los rendimientos del maíz del 10 al 17% en países
tropicales, como México (Lobell y Burke, 2010; Buttler y Huybers,
2013). Otros autores reportan que la acumulación de temperaturas
superiores a 29 °C está negativamente correlacionada con el
rendimiento, al acelerar las etapas de desarrollo del grano y/o
dañando el tejido y enzimas de la planta. Además, señalan que los
rendimientos de maíz se reducen en 0.40 kg ha
-1
por cada grado
centígrado por encima de 29 °C. De manera tal que, si en un día
la temperatura sube a 35 °C, se tendrían 6 °C por encima de los
29 °C, lo cual equivale a una reducción de 2.4 kg ha
-1
para ese
día. Por su parte, Cheikh y Jones (1994) reportan que para maíces
de zonas templadas, cuando la temperatura es mayor a 25 °C, el
rendimiento se reduce entre el 3 y 4% por cada grado centígrado
superior a ese límite. Este límite es superior en maíces tropicales,
más tolerantes al estrés térmico (Rattalino
et al
., 2011).
En maíz, los rendimientos están fuertemente relacionados con el
número de granos en la cosecha, y sus componentes dependen
de las condiciones fisiológicas del cultivo alrededor de la etapa
reproductiva. Si ocurre estrés térmico en esta etapa, sus efectos
