te, presentándose una tendencia
hacia la alza, de tal forma que
en los últimos cinco años ha
pasado a 15 mg/L para DBO
5
y
57 mg/L para el DQO. El límite
máximo permisible de nitrógeno
amoniacal es de 0.5 mg/L; sin
embargo, el valor promedio en
el agua del río es de 1mg/L. En
época de estiaje, este valor pre-
senta picos que alcanzan los 3 y
4 mg/L. Estos parámetros indican
que el agua del río Apatlaco no
es apta para consumo humano,
así como que también existe un
alto riesgo en relación con las
enfermedades hídricas.
• Contaminantes arrastrados du-
rante las lluvias y que se filtran
en los suelos; escurrimientos de
actividades agrícolas, urbanas e
industriales; fugas en sistemas
de drenaje combinado; rellenos
sanitarios; actividades mineras
y forestales; derrames y deposi-
ción atmosférica generan conta-
minación difusa. Se trata de un
problema relevante, de difícil
control y que no ha sido enfren-
tado adecuadamente.
• Los únicos municipios cuya de-
manda supera a la oferta son Jiu-
tepec y Emiliano Zapata; en los
otros, con los gastos de extrac-
ción de las fuentes se supera la
demanda. Sin embargo, el bom-
beo no es de 24 horas. La inca-
pacidad de los organismos ope-
radores para pagar el servicio de
energía eléctrica los obliga a dar
el servicio de manera parcial.
• De los 2 032 L/s de aguas re-
siduales que se generan en la
cuenca, solo 392 L/s son trata-
dos; es decir, aproximadamente
la quinta parte. Para el 2020 se
estima que en la cuenca se pro-
ducirán unos 3 000 L/s; es decir,
casi ocho veces más. Sin embar-
go, en la práctica no se aprecia
un compromiso por parte de los
entes de gobierno para enfrentar
este reto.
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