Introducción
Efectos del cambio climático en
el ciclo hidrológico
De acuerdo con los resultados generales de los modelos climáticos globales que
participaron en los últimos dos reportes de IPCC, es previsible que conforme avance
el proceso del cambio climático la precipitación anual sea menor, pero con mayor
concentración. Es decir, un decremento en las láminas de precipitación anuales
pero un incremento en la intensidad de las tormentas. Por lo tanto se espera
que la disponibilidad media anual de agua por habitante disminuya. Además,
la persistencia de prácticas agrícolas poco eficientes, la sobreexplotación de
acuíferos y el tratamiento inadecuado del agua urbana e industrial, que deteriora
la calidad del agua superficial y contamina los acuíferos, aumenta el grado de
vulnerabilidad futura del recurso hídrico. Las regiones áridas y semiáridas de
México son especialmente vulnerables (IMTA, 2010). El presente estudio tiene
por objeto identificar las zonas de la república mexicana donde las estrategias de
adaptación para reducir la vulnerabilidad en las zonas más sensibles serán más
necesarias.
El análisis de los escenarios de cambio climático y proyecciones del clima es
importante para obtener aproximaciones sobre las posibles condiciones climáticas
y sus impactos en las próximas décadas. Los modelos climáticos manejan una
mayor certidumbre sobre los patrones climáticos a nivel subcontinental (IPCC,
2007). Existen esfuerzos importantes por avanzar en la certeza de los modelos
climáticos en el ámbito regional; sin embargo, el incremento de la resolución
implica una aumento significativo en el grado de incertidumbre de las posibles
variaciones en el ámbito local de precipitación y temperatura, y en especial, de las
tendencias futuras sobre los eventos climáticos extremos (OECD, 2010; INECC,
2012).
En este capítulo se han integrado en el análisis los más recientes escenarios de
cambio climático generados para México. Estos datos fueron compartidos por
Cuadro 4.1. Decrementos máximos esperados (%) en escurrimiento superficial
(Rivas y Montero, 2013; Rivas y Montero, 2014).
Horizonte
Cuenca
Río Conchos Lerma-Chapala Río Grijalva
2030
22
17
19
2050
25
21
13
2100
28
28
9
la Red Mexicana de Modelación del Clima, que coordina el Instituto Nacional de
Ecología y Cambio Climático (INECC), y que integran el Centro de Investigación
Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), el Instituto Mexicano
de Tecnología del Agua (IMTA) y el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la
Universidad Nacional Autónoma de México (CCA-UNAM).
Antecedentes
Aunque los cambios esperados en el escurrimiento superficial debido al
calentamiento global aún no han sido cuantificados en todo el país, Rivas yMontero
(2013, 2014) utilizaron datos de 23 MCG. Empleando la NOM-011 (CNA, 2000)
se calcularon dichos cambios en tres cuencas: río Conchos, río Lerma-Chapala y
río Grijalva (hasta la presa Peñitas). Se utilizaron tres horizontes de estudio: 2030,
2050 y 2100. El cuadro 4.1 presenta los decrementos máximos esperados en el
volumen de escurrimiento anual (%), con relación a datos históricos hasta el año
2009.
Resumen
De acuerdo con el Quinto Reporte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) se espera que el cambio climático modifique el ciclo hidrológico y por
lo tanto la disponibilidad del recurso hídrico. Los resultados de los Modelos de Circulación Global (MCG) indican que la precipitación anual será menor, con lo cual es
de esperarse que el escurrimiento medio anual también disminuya. Dado el crecimiento poblacional natural, es previsible que la disponibilidad media anual de agua
por habitante sea menor. En México las regiones áridas y semiáridas son especialmente vulnerables. El presente estudio tiene por objeto identificar las zonas de la
república mexicana en donde las estrategias de adaptación para reducir la vulnerabilidad serán más necesarias.
Tomando como base el ensamble ponderado de 14 MCG y la definición de vulnerabilidad del IPCC, se estimaron las áreas más sensibles ante un escenario en el cual
la precipitación anual disminuya. De acuerdo con el análisis, las cuatro regiones más críticas son el Norte de Sinaloa, la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, la
Cuenca del Río Conchos y la parte Norte de la Cuenca Lerma-Chapala, en donde se ubican las ciudades de Querétaro y León. Sin embargo, otras regiones altamente
sensibles son la Zona Metropolitana de Monterrey, el centro de Sinaloa y el Noroeste de Sonora. En estas regiones sera necesario aumentar el grado de resiliencia,
es decir, la capacidad para afrontar condiciones adversas ante un decremento en el escurrimiento y con ello lograr adaptarse satisfactoriamente. Finalmente, resulta
de vital importancia garantizar que las propuestas de adaptación sean ambientalmente sustentables y se respeten ciertas normas, tales como la protección del
gasto ecológico en los ríos y se evite la sobreexplotación de los acuíferos.