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Manual para capacitación de regadores. Con base en el estándar de competencia EC 0349 riego superficial en parcelas
Durante el riego, se pueden presentar diferentes situaciones emergentes que requieren
una respuesta adecuada y a tiempo, de ahí la importancia de la permanencia del regador en
la parcela y la supervisión del funcionamiento del riego.
Una disminución significativa del nivel del agua en la toma, y en consecuencia del gasto
de la regadera, afectará drásticamente la eficiencia y tiempo total de riego, por lo que se debe
requerir al canalero que estabilice el gasto a la brevedad para abastecer a todos los surcos
o melgas definidas. En caso de que el canalero no pueda resolver de manera inmediata, se
deberá ajustar el manejo del agua en la parcela mediante la disminución del ancho de la
tirada, de modo que se manejen surcos con los gastos adecuados.
Un aumento o golpe de agua puede colapsar el riego (regaderas, drenes y surcos), además
de afectar a parcelas aguas abajo y desperdiciar agua, por lo que se debe aprovechar el golpe
de agua aumentando el ancho de la tirada de riego y los excesos desalojarlos de manera
controlada a través de la red de conducción y drenaje habilitados para ese propósito. Una
vez controlado el gasto, se debe revisar la toma granja para ver si se puede ajustar al gasto
original y, además, avisar al canalero para su conocimiento y ajuste en la operación de los
canales.
Cuando se presentan lluvias ligeras el riego continúa, pero se debe poner más atención,
pues si se convierte en precipitación pluvial intensa que sature de humedad la profundidad
de suelo, cercana a la mínima programada, el riego se debe suspender o ajustarlo para sólo
aplicar el agua faltante, haciendo más ancha la tirada o el número de surcos regados.
Una decisión adecuada, en relación con las lluvias y el riego, puede favorecer el tener
un nivel óptimo de humedad en el suelo, lo que permitirá un desarrollo adecuado de las
plantas. Si se suspende el riego cuando la lluvia no fue suficiente (lluvia ligera), la baja
humedad que queda disponible en el suelo será rápidamente agotada por las plantas y, si
no se riega pronto, estará sufriendo por estrés hídrico. Por otra parte, si la lluvia fue intensa
y se continuó regando, el efecto inmediato es el ahogamiento de las plantas por exceso de
humedad al no poder respirar dentro de agua, lo cual se torna grave si es por mucho tiempo,
además del lavado de los nutrientes del suelo (Ilustración 39).
Ilustración 39. Efecto en la planta de los diferentes niveles de humedad.
Humedad óptima
Estrés hídrico
Excesos de humedad
