Manejo de la recarga de acuíferos: un enfoque hacia Latinoamérica - page 387

Recarga artificial del acuífero en el Cerro de la Estrella, Iztapalapa, Ciudad de México
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de conservación. Existen cerca de ochenta barrancas divididas en alrededor de treinta
sistemas que, durante la temporada de lluvias, captan el 70 % del agua que se recarga a
los mantos acuíferos del valle de México. Asimismo, el suelo de conservación constituye
el 58.9 % de la superficie total de la Ciudad de México y se estima que, por cada
hectárea que se urbaniza, la recarga se ve reducida en 2.5 millones de litros de agua al
año, en promedio (CDMX, 2016).
• Disminución de caudales para el abastecimiento a la población (cerca de 3 m
3
/s en los
últimos años)
. El abatimiento de los niveles del acuífero obliga a realizar adecuaciones
en los pozos (perforaciones a mayores profundidades, con mayores costos de bombeo), o
bien, reubicarlos en otras zonas. Cabe mencionar que entre siete y ocho pozos por semana
dejan de operar debido a fallas en el suministro de energía eléctrica o electromecánica,
así como por vandalismo. Una vez rehabilitados de nuevo entran en operación.
• Contaminación
. Existen zonas del acuífero, como la sureste de la ciudad, que por sus
características naturales presentan mala calidad de agua. Sin embargo, poblaciones
contiguas a cauces y barrancas han provocado pérdida de vegetación y contaminación
(tanto en la corriente de agua como en el agua que se filtra a los mantos acuíferos), y por
la infiltración del agua de lluvia de media calidad proveniente de corrientes y descargas
de aguas residuales sin tratamiento.
El acuífero del área metropolitana de la Ciudad de México se drena paulatinamente, perdiendo
capacidad de almacenamiento e induce asentamientos considerables en el suelo de la ciudad,
lo cual repercute en mayor o menor grado tanto en las edificaciones como en la infraestructura
hidráulica. Otra preocupación es el alcantarillado sanitario de la ciudad, por ser un potencial
aportador de contaminación para el acuífero somero y el acuitardo, mismos que puede ceder agua
verticalmente hacia el acuífero en explotación.
En virtud de los problemas ocasionados por la explotación intensiva del acuífero de la ZMCM,
es necesario buscar alternativas para disminuir el impacto ambiental, así como para garantizar,
en la medida de lo posible, la sustentabilidad de la Ciudad de México. Desde 2005, el SACM ha
retomado los trabajos de recarga artificial que venía realizando a partir de los años ochenta en la
Delegación Iztapalapa. La
muestra un resumen, desde 1989 hasta 2010, de los trabajos
efectuados por la entonces Dirección General de Construcción y Operación Hidráulica (DGCOH),
ahora Sistema de Aguas de la Ciudad de México.
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